PRESUNCIÓN DE INOCENCIA
Otra invención de la democracia plena.
Presunción de veracidad,
también de inocencia,
para la Casa Real y su descendencia;
no se les puede violar
porque son inviolables, inmaculados
y a la dorada corona bien agarrados.
Presunción de veracidad,
también de inocencia,
para la guardia pretoriana;
pueden disparar al negro y al blanco
cuando les venga en gana,
sobre todo a la altura de los ojos
para que deje huella
después quedará todo diluido
en el limbo democrático
de la democracia más progresista
de la historia de su España.
Presunción de veracidad
e imparcialidad
para la judicatura de altos vuelos
nombrados sus representantes
por el dedo democrático
para ser utilizados con equidad
y contundencia,
suficientemente comprobada,
por el mazo justiciero.
Presunción de veracidad científica
e irresponsabilidad manifiesta
porque no figura
como responsable de lo que fabrica,
ni de los efectos nocivos
que presunta y demostradamente
provoca a sus numerosísimos clientes,
la todopoderosa industria farmacéutica.
No nos olvidaremos de los presbíteros,
canónigos patriarcas, episcopado en pleno
algún que otro pederasta descarriado,
el sempiterno Concordato,
y de las inmatriculaciones
que descaradamente se han apropiado
¡Presunción de inocencia y veracidad
también para ellos!
Y tras este breve viaje a vuelo rasante
por las sagradas instituciones del Estado,
habiéndonos dejado a muchos por el camino,
llegó el turno al hemiciclo,
a la bancada del gobierno de turno
donde reside la voluntad del pueblo,
de la banca, multinacionales, ejército,
guardia pretoriana, medios de incomunicación
y los papanatas que se prestan al juego.
Para todas ellas y ellos,
una gran porción de presunción.
27/12/2021
Rafael Campillo Sendra
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