lunes, 27 de diciembre de 2021

 

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA

 

 

Otra invención de la democracia plena. 

Presunción de veracidad, 

también de inocencia, 

para la Casa Real y su descendencia; 

no se les puede violar 

porque son inviolables, inmaculados 

y a la dorada corona bien agarrados. 

 

Presunción de veracidad, 

también de inocencia, 

para la guardia pretoriana; 

pueden disparar al negro y al blanco 

cuando les venga en gana, 

sobre todo a la altura de los ojos 

para que deje huella

después quedará todo diluido 

en el limbo democrático 

de la democracia más progresista 

de la historia de su España. 

 

Presunción de veracidad 

e imparcialidad 

para la judicatura de altos vuelos

nombrados sus representantes 

por el dedo democrático

para ser utilizados con equidad 

y contundencia, 

suficientemente comprobada, 

por el mazo justiciero. 

 

Presunción de veracidad científica 

e irresponsabilidad manifiesta

porque no figura 

como responsable de lo que fabrica, 

ni de los efectos nocivos,

que presunta y demostradamente 

provoca a sus numerosísimos clientes, 

la todopoderosa industria farmacéutica. 

 

No nos olvidaremos de los presbíteros, 

canónigos patriarcas, episcopado en pleno

algún que otro pederasta descarriado, 

el sempiterno Concordato, 

y de las inmatriculaciones  

que descaradamente se han apropiado

¡Presunción de inocencia y veracidad 

también para ellos! 

 

 

Y tras este breve viaje a vuelo rasante 

por las sagradas instituciones del Estado, 

habiéndonos dejado a muchos por el camino, 

llegó el turno al hemiciclo, 

a la bancada del gobierno de turno 

donde reside la voluntad del pueblo, 

de la banca, multinacionales, ejército, 

guardia pretoriana, medios de incomunicación 

y los papanatas que se prestan al juego. 

Para todas ellas y ellos, 

una gran porción de presunción. 

 

27/12/2021 

 

Rafael Campillo Sendra 

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