Europa Laica: En la declaración del IRPF, es mejor NO marcar ninguna de las
dos casillas
POR: JUANJO PICÓ - PRESIDENTE DE EUROPA LAICA
FUENTE: EL OBSERVATORIO
13 ABRIL, 2022
Comienza nuestra campaña de difusión sobre las casillas del IRPF: Defender
lo público es la mejor garantía de tener servicios públicos y de asistencia
social gratuitos y universales.
- Europa
Laica pide
a los contribuyentes que NO SE MARQUE NINGUNA DE LAS DOS CASILLAS
DEL IRPF, ni la de la Iglesia Católica ni la de Fines Sociales.
- Todos
los impuestos deben quedar en la hucha común para cubrir asuntos de
interés general como, entre otros, son los Servicios Públicos y de
Asistencia Social.
- La
Iglesia Católica debe autofinanciarse y pagar impuestos.
- Quien
quiera donar a la Iglesia Católica o a Fines Sociales que lo haga
con la cantidad que quiera y a quien quiera, pero como adicional, de su
propio bolsillo, a los impuestos que le toque pagar.
Te lo explicamos en 1
minuto
Te explicamos por qué opinamos que es mejor no marcar ninguna casilla en el
IRPF, ni la de la iglesia católica ni la de fines sociales.
Cuando arranca el
periodo oficial anual de Declaración de la Renta-IRPF, Europa Laica sale
a la calle, a los medios, con su campaña cívica y democrática explicando por
qué pedimos a los contribuyentes que no marquen ninguna de las dos casillas de
la Asignación Tributaria del IRPF, ni a la casilla de la Iglesia Católica (IC)
ni a la de Fines Sociales (FS).
Los Acuerdos con la
Santa Sede de 1979 otorgan una situación de privilegio financiero y fiscal a la
Iglesia católica, que no es sino una organización privada de creyentes,
recibiendo miles de millones del erario público -es decir, de todos, católicos
y no católicos- para pagar sus propios gastos particulares. Por otra parte, las
políticas neoliberales de recortes y privatizaciones, que viene ya de lejos, da
lugar al mercado de la caridad asistencial donde organizaciones privadas, en su
mayoría pertenecientes a entidades católicas, capturan la gestión
de centros y servicios públicos, o rentabilizan los suyos propios, recibiendo
cantidad de millones de subvenciones públicas que le generan pingües beneficios
privados y dosis de proselitismo ideológico confesional aunque queden
encubiertos como si se tratara de altruismo y generosa colaboración.
Europa Laica se opone a
que se desvíen recursos públicos y exenciones fiscales a asuntos y
organizaciones particulares que no son de interés general, a la vez que exige
apuntalar los Servicios Públicos, los Derechos Sociales y la Solidaridad.
Para ello, y en relación
con el IRPF, no hay otra alternativa más real y solidaria que NO MARCAR NINGUNA
DE LAS DOS CASILLAS, única forma para conseguir que todos los impuestos
queden íntegros en la hucha común de los Presupuestos Generales del Estado-PGE
para los gastos comunes que importan a todos.
Justificar esta
afirmación requiere que se entienda con claridad cómo funcionan estas casillas
del IRPF ya que la experiencia nos indica que no siempre ello se conoce de una
forma correcta, existiendo muchos bulos además de mucho de rutina. Tampoco la
Agencia Tributaria pone demasiado empeño en informar claramente. Con todo, YA
SON MÁS DEL 35% DE CONTRIBUYENTES LOS QUE NO MARCAN NINGUNA DE LAS DOS
CASILLAS.
¿Cómo funcionan las
casillas del IRPF?
Lo explicaremos con un
ejemplo muy claro, para que no quede duda alguna. Supongamos que a un
contribuyente le sale a pagar 100 euros de impuestos IRPF y decide no marcar
ninguna casilla, y a otro le resulta la misma cantidad pero sí marca
alguna de las casillas, sea la de IC, la de FS o ambas -que también es posible
hacerlo, lo mismo que no marcar ninguna casilla-.
No cabe duda alguna que
ambos ingresarán los 100 euros de impuestos en la hucha común de los PGE ya
que, por marcar o no marcar “ni pagas de más ni te devuelven de
menos” como correctamente dice la Conferencia Episcopal Española-CEE,
aunque esta sea la única verdad en la publicidad que hace, cargada de falacias
y medias verdades, como después comentaremos.
¿Cuál es entonces la
diferencia entre marcar y no marcar las casillas? Pues que los 100
euros que ingresa quien no la ha marcado quedan íntegros en los PGE mientras
que los de quien la ha marcado no quedan tal cual sino que una parte se detrae
de los PGE y se desvía directamente a las arcas de entidades
particulares que no son de interés general, como son la Iglesia
católica y/o a las ONG de una u otra naturaleza (el 0,7% si solo hubiera
marcado una casilla, o el 1,4%, el doble, si las dos), por lo que estas
organizaciones, por el simple hecho de serlo, “hacen caja” sin
más esfuerzo, en situación de privilegio, quedando menos impuestos disponibles
en la hucha común de los PGE.
Por tanto, quienes marcan alguna de las dos casillas reducen su
aportación al erario público que es de donde se cubren los gastos generales,
comunes a todos, en educación, sanidad, dependencia, infraestructuras,
pensiones, etc. Se incumple la obligación de todas las personas de contribuir a
los gastos comunes en condiciones de igualdad (Art. 31 CE).
No tiene sentido, que
con el dinero de todos se subvencione a la Iglesia Católica, aunque no se sea
creyente, o se haga un sucedáneo de solidaridad particular a ONGs, sin aportar
nada extra del propio bolsillo.
Miente la publicidad
episcopal cuando afirma que “lo que recibe la Iglesia Católica por el
IRPF no sale de los PGE”. ¿De dónde sale si no? ¿O es que los
dineros del fisco provienen de algún maná divino que no sea de los impuestos?
Lo mismo que esa otra falacia de que “marcar esta casilla [a IC] es una
decisión con tus impuestos”. Porque los impuestos no son
propiedad ni una opción voluntaria personal de cada cual sino una obligación de
todos y para con todos.
Tampoco es cierto ese
bulo que a veces circula a nivel de calle de que “si no se marca nada,
se le da igualmente a IC”, dicen unos, “o que se da a FS”, según
otra versión. O de que “si no marcas, se pierde lo del
0,7%” en el límite ya de ni saber lo que se dice. Ninguno de estos
bulos son ciertos. Es más, si no se marca ninguna casilla todo el
impuesto del IRPF queda íntegro en los PGE, que es donde debe estar.
Parece lo lógico, ¿no?
Además de estas
consideraciones generales para no marcar ninguna casilla y no detraer dinero de
los PGE, existen razones particulares para ello por cada una de estas casillas.
¿Por qué no marcar la
casilla de la Iglesia Católica?
Porque es un
engaño mayúsculo cuando la IC tan pomposamente afirma que “marcando
esta casilla ayudas a la labor asistencial que hace la
Iglesia”. Porque los 300 millones anuales (aprox.)
que la Iglesia viene recaudando por esta casilla no los dedica ni a tal labor
asistencial benéfica ni a sus propios fines pastorales o de culto sino
que, según datos de la propia Conferencia Episcopal Española-CEE, los emplea
prácticamente en su totalidad (entre el 75-80%) para pagar los sueldos
y seguridad social de sacerdotes y obispos; con una pequeña parte para
gastos generales, incluido financiar a TRECE TV y a las campañas eclesiales
de proselitismo, antiaborto, misóginas y contra derechos civiles,
o las campañas de esa publicidad engañosa de afirmar que
marcando esta casilla se ayuda a la labor asistencial de la Iglesia, siendo que
son tan solo unos 6 millones los que dedica a Cáritas, organización
que nutre su enorme presupuesto por otras vías, donaciones privadas y también
con subvenciones de otras administraciones públicas, pero no a través
del IRPF. LA CARIDAD ASISTENCIAL DE LA IGLESIA NO TIENE NADA QUE
VER CON EL IRPF. Una tremenda falsedad interesada que mete en su
publicidad.
El gráfico siguiente
muestra la cantidad que la Iglesia Católica ha recibido del erario público por
la casilla de Asignación del IRPF, y el % de contribuyentes que la
marcan, en torno al 32%, con una tendencia decreciente. O lo que es
lo mismo, MÁS DEL 68% DE CONTRIBUYENTES NO MARCAN LA CASILLA DE
IC, si bien con más millones asignados por razón del incremento
general de las rentas y la mayor cuantía de quienes la marcan.
Nota: El salto de recaudación en 2008 se debió al aumento que el Gobierno
del PSOE hizo en la Asignación Tributaria, que pasó del 0,52% inicial al 0,7%
actual
Resulta de vergüenza
democrática que después de tantos años después de la firma de los
Acuerdos con la Santa Sede de 1979, donde se establecía de forma temporal esta
Asignación Tributaria a IC hasta que esta cumpliera el compromiso de autofinanciarse, se
siga tal cual sin que la IC haya movido ficha en ese asunto y sin que los
Gobiernos de turno (PP y PSOE) se lo hayan exigido. Mayor anomalía, si cabe,
cuando se está financiando a una institución que es inmensamente
rica, con múltiples propiedades, empresas, colegios,
editoriales, fundaciones, inversiones de todo tipo, etc. Y con ese afán de
seguir acumulando riqueza con el escándalo de los más de 100.000 bienes que ha
inmatriculado.
Para Europa
Laica no tiene sentido seguir por más tiempo con esta situación. La
Iglesia Católica debe autofinanciarse como mejor entienda, y pagar
impuestos, pero no a costa de detraer recursos de la hucha común.
Porque se miente de nuevo cuando afirma que “el sostenimiento de la
Iglesia depende en exclusiva de las aportaciones de sus fieles”. Porque
no son sus fieles sino somos todos, católicos o no católicos, los que
financiamos a IC a través de detraer recursos de los PGE.
Sería muy fácil
convertir mentira en verdad con tal que las personas que se declaran
católicas se hicieran cargo de su propio bolsillo -no de los impuestos- de esos
millones del IRPF. Los datos del Centro de Investigaciones
Sociológicas-CIS indican que un 60% aprox. de la población mayor de 18 años se
declara católica, es decir unos 26 millones de personas, por lo que con tal que
cada una pagara una “cuota” de un euro al mes quedaría más
que cubierto mantener a su Iglesia. Una cantidad irrisoria que dejaría todo más
democrático y mejor resuelto.
Pero también se puede
pensar en un planteamiento que resultaría más limpio, como ocurre con el
modelo alemán, donde el contribuyente que marca la casilla abona
una cantidad adicional a los impuestos que le toca pagar, por lo
que no se resta nada de la hucha común sino que esa donación es recaudada por
el Estado que la entrega después a la Iglesia Católica. Ya bastante es que el
Estado se involucre en un tema entre particulares, pero al menos el erario
público no se ve afectado. Todavía más democrático, ¿no?
La ciudadanía debe
conocer que lo del IRPF es solo una pequeña parte de los más de 11.600
millones anuales que Europa Laica tiene estimados que
el Estado aporta a la Iglesia Católica por una u otras vías, incluidas las
exenciones fiscales de no pagar impuestos (excepto el IVA), sin que esta
cantidad de dinero público tenga una transparencia y fiscalización. Un
paraíso fiscal, tal cual.
¿Y tampoco marcar la
casilla de fines sociales?
Pues no, tampoco marcar
esta casilla de fines sociales. En nuestra opinión, por varias razones.
Aunque lo de “fines
sociales” llama a la solidaridad, un sentimiento muy loable, existen varias
circunstancias en torno a esta casilla que conviene desmitificar, y argumentos
para no marcarla.
De primeras, saber que
esta casilla se incorporó en el IRPF a la par que la casilla a IC como coartada
y justificación, para evitar la burda situación de que en la
Declaración del IRPF figurara únicamente la de la Iglesia católica, en un
Estado que se proclama aconfesional (Art. 16.3 CE).
Una razón es que quien
marca esta casilla no tiene control alguno sobre el destino concreto
del 0,7%, pudiendo ocurrir que se destine a subvencionar a ONG u otro tipo
de organizaciones particulares que no tengan un interés general, o con dudoso
funcionamiento democrático o simplemente exóticas y contrarias a la voluntad
del contribuyente.
En este sentido, hay que
saber que del orden del 35-40% de lo que se recauda por esta casilla va
a parar a organizaciones que están relacionadas de una u otra forma con la
Iglesia Católica. De ahí el interés que la IC muestra en su publicidad a
que se marquen las dos casillas, ya que por ambas obtiene dinero público: uno
de forma directa por su casilla IC y otra de forma indirecta por una parte de
la casilla FS.
En los últimos años, la
cantidad recaudada por FS está en torno a los 380 millones anuales (aprox.),
de los cuales unos 150 millones van de esa forma indirecta a parar al entorno
de la Iglesia, que se suman a los directos 300 (aprox) de la casilla IC. El
resultado es que la IC y sus instituciones obtienen en conjunto más de
450 millones anuales a través del IRPF.
Hay que reseñar que esa
petición que hace la IC de marcar las dos casillas, tiene su reflejo, en justa
y simbiótica correspondida, con la campaña publicitaria “X Solidaria” que
hacen las entidades del Tercer Sector de Acción Social, pidiendo que se marque
no solo la casilla FS, que es la que les afecta por ser directas beneficiadas,
sino también la de IC, situación que resultaría extraña si no es porque la IC
forma parte importante de este sector. De ahí el remate de la publicidad
eclesiástica de que “marcando las dos casillas ayudas el doble”. ¿A
quién el doble? Es claro que no es a Fines Sociales sino a la propia IC.
Nuevamente, una interesada y falaz simbiosis entre ambas casillas.
El gráfico siguiente
muestra la Asignación del IRPF por esta casilla que subvenciona a
organizaciones de este Tercer Sector, y el % de contribuyentes que la
marcan, en torno al 55%.
Europa Laica es
partidaria de que el Estado debe hacer Solidaridad, destinando recursos
públicos a fines sociales de interés general, pero no como se hace a través de
esta casilla del IRPF, sino como asignando partidas específicas en los
presupuestos de la distintas Administraciones Públicas, como parte de sus
políticas de gobierno.
Dejarlo a través de la
casilla FS no parece lo más razonable, ya que entonces depende de lo
que se recaude por la misma, al ser indeterminada la decisión
individual de cuántos contribuyentes la marquen o el nivel de renta de quienes
lo hagan. Además, es que la propia existencia de esta casilla, actúa
como excusa para seguir financiando el culto y el clero católico desde el erario
público a través de la otra casilla.
Los Servicios Públicos y
Asistenciales sólo se pueden garantizar de forma universal si se gestionan
desde lo público, desde el Estado, con presupuestos adecuados a sus
necesidades. Delegarlos en organizaciones privadas, o que dependan de la
voluntariedad individual, como en el IRPF, es una forma soterrada de
potenciar las políticas neoliberales de privatización y externalización que
dan lugar al mercado de la caridad, mayormente en manos de
confesiones religiosas.
No es de recibo que por
pedir que no se marque a esta casilla FS, o a quienes no la marcan, que se nos
achaque la responsabilidad de que su atención disponga de más o menos medios
económicos. Porque debe ser responsabilidad del poder político, de
acuerdo con su voluntad y prioridad programática y legislativa, quien debe
fijar las ayudas para colaborar con este sector.
Diferente es la
existencia de asociaciones particulares u ONG que llevan a cabo actividades de
atención de determinados fines sociales que, siendo de interés general, pueden
disponer de ayudas públicas, económicas o materiales, que tengan objetivos
finalistas, transparentes y bajo control de la Administración, además de con
los recursos propios de sus socios y donantes.
Resulta chocante que
el sentimiento solidario de quien quiere aportar a fines
sociales se satisfaga de esta manera tan cómoda… con el dinero de todos en
lugar de con el propio de cada cual. Así resulta muy sencillo hacer
“solidaridad”. La solidaridad más verdadera es no marcar ninguna
casilla porque es la forma más segura de que todos los impuestos queden
íntegramente en la hucha común, repartiéndolos según las necesidades reales de
interés general.
Entonces, ¿qué hacemos,
un año más, con las casillas?
No tiene sentido que
cerca de 700 millones anuales (aprox.) por el total de estas
dos casillas de Asignación Tributaria se detraigan de las arcas
públicas en lugar de para lo común.
Para colmo de esta
situación acerca de detraer de los recursos comunes, en la ley de PGE para
2018 quedó establecido incluir en la declaración anual del Impuesto de
Sociedades una casilla para Fines Sociales,(aplicando el 0,7%, aunque solo vaya
a ONGs de ámbito estatal) para aquellas empresas que quieran marcarla.
Nuevamente, la empresa que lo decida no aportará un extra de más de sus propios
beneficios empresariales, sino detrayéndolo de la hucha común de los impuestos
que les corresponda pagar. Otra vuelta de tuerca más a los PGE, además de
utilizarse como imagen de empresa solidaria o con
responsabilidad social corporativa… pero, eso sí, a costa del dinero de
todos. Otro despropósito.
Conclusión
Las razones de Europa
Laica que hemos expuesto son claras y argumentadas:
Quien desee hacer una
donación a la Iglesia Católica o a determinada ONG u organización social que
lo haga de su propio bolsillo, en la cantidad que quiera, y a quien quiera,
pero adicional a los impuestos que le corresponda pagar, sin detraerlo
de los PGE que son de todos y para todos, como así se hace en otros países.
Alemania, por ejemplo.
Las políticas e
instituciones públicas son las que deben determinar el destino de la hucha común
que se debe nutrir de los impuestos íntegros, sin detraer nada a priori. Por
otra parte, los impuestos deben dedicarse de forma prioritaria a
atender a lo común, al interés general.
Todavía más distorsión
se `produciría, y de ello a veces surgen rumores, si se pretendiera incluir
más casillas en el IRPF para cubrir a otras organizaciones o confesiones
religiosas ya que ello no supondría sino detraer más dinero de la
hucha común. Es decir, extender los privilegios de una parte a las
demás cuando lo que hay que hacer es suprimirlos para todas.
Otro asunto diferente
sería que existieran establecidos a nivel institucional mecanismos articulados
de democracia directa y presupuestos participativos donde la
sociedad en su conjunto pueda fijar qué parte de los impuestos totales (PGE) se
asignan a determinados destinos de interés general que, en tal caso, contaría
con consenso.
Justo lo contrario de
cómo funcionan las casillas del IRPF, que por simple decisión
individual se detraen impuestos de la hucha común para
derivarlos de forma directa, sin decisión presupuestaria, a
organizaciones que no son de interés general o, en todo caso no gozan del
consenso general para ser agraciadas.
El gráfico siguiente
muestra el % de contribuyentes que NO marcan ninguna casilla, con una tendencia
creciente, estando ya cerca del 35%.
Europa Laica reivindica la separación entre Estado e iglesias, entre
lo que es el ámbito de lo público, de lo que nos es común a todos, y el ámbito
privado de las creencias particulares. Para ello es condición inexcusable
la DENUNCIA Y DEROGACIÓN DE LOS ACUERDOS CON LA SANTA SEDE DE
1979, y sus leyes derivadas, que son la base en la que se sustenta la
cantidad de privilegios de la IC. Al igual que derogar los correspondientes con
las confesiones minoritarias.
Dos notas finales de
interés para el contribuyente
- Si al
presentar la declaración IRPF por internet sale un aviso indicando
que no se han marcado las casillas, no hay que tenerlo en cuenta; es una
medida más que la Agencia Tributaria hace para favorecer que se marquen,
lo cual no procede (Europa Laica tiene denunciado este tema). Es
completamente legal y válido no marcar ninguna casilla y se puede obviar
este anuncio y continuar sin problema con la Declaración.
- Si en
el borrador de la Declaración aparece alguna casilla marcada (ya que se
guarda lo que se marcó el año anterior, o por cualquier otra razón aparece
marcada), se puede modificar. Si La declaración se tramita presencialmente
en la Agencia Tributaria o mediante un gestor, hay que indicarle
que no marque ninguna.