MEMORANDUM INFORMAL y PERSONAL DEL 2022
¡Apartarsus que voy!
La familia no se acaba ni aunque te incineren, que no es mi caso todavía, afortunadamente.
Aunque, en este año coleteante no murió ningún pariente cercano y tía Goya aguanta fuerte a sus 99 años, aún recuerdo a mis dos hermanos, Emiliano y Eduardo, que nos dejaron una herencia de recuerdos fraternales y aparatos varios, además de la finca de Edu, tras partir hacia otros mundos, hace tres años Emi y un año Edu.
Mis hermanas, Maribel y “Perla”; sobrinos, David y su mujer Esther, Adrián y Guillermo, Adriana e Irene; y cuñad@s, Raquel, Nicolás, Verónica y Jose, demuestran un encomiable apego familiar que tolera mis excentricidades y algún que otro desvarío emocional. ¿Cómo no quererlos?
En junio visitaron a Raquel su concuñada y su hija Ivana. Dimos juntos un paseo por el castillo de San Fernando en Alicante y tomamos unos refrescos
Con la familia de Mónica. El más alto es Sergio, pareja de Adriana, en el cumpleaños de Lola, madre de Mónica y Verónica
Los amigos, esa otra familia menos convencional, me han deparado cariño y comprensión y una especial comunicación, que agradezco reiteradamente y seguiré agradeciendo. Tanto es así, que no acabo de apaciguarme por tener algunas felicitaciones navideñas aún sin realizar.
A recordar, la muerte de Rafael Campillo Sendra, que ya evoqué en el blog y nos dejó varias poesías suyas en el mismo; la dura crisis de salud de José Antonio Naz Valverde y José María Rivera Cívico; el sufrimiento de Antonio Roldán García por la precaria salud de su nietecita Alba, sometida a repetidas operaciones; y la lejanía del resto de amigos: José Manuel García del Valle, José Antonio Moltó Carbonell, Miguel López Navarro, Rafael Ruíz-Ruano Aguilera y el incombustible maestro de amistad sin tacha, Manuel Jurado Caballero.
Los amigos más cercanos, relacionados básicamente con el Tai-chí, Péndulo Hebreo y Registros Akhásicos los citaré sin apellidos. No por ello dejo de agradecer su amable disposición a compartir comidas, excursiones y diálogos con Mónica y conmigo: Bea, José Antonio y su bien amada Mari Ángeles, Mari Domi, Gloria y Francisco, asiduo semanal del Tai-chí con Maribel, Blas, Mónica y yo, y amante incondicional de nuestra chimenea del salón cada invierno en la sesión, también semanal, de Registros Akhásicos.
Mónica, Francisco y Gloria en Busot
De mi mujer, Mónica, sólo puedo decir que es la única amiga incondicional que tengo y que la quiero mucho.
José Antonio Moltó es un buen amigo, excelente escritor y con quien más a menudo y mejor me comunico. Sin ir más lejos, esta crónica del año 2022 me la ha sugerido él. Supongo que no me ciño del todo a sus expectativas, pero lo intento a mi manera.
A nivel vital he disfrutado de un año maravilloso, a pesar de los chemtrails que cada día roturan el cielo con productos químicos tóxicos, como el bario, estroncio, aluminio, yoduro de plata, dióxido de plomo, óxido de grafeno…, y a pesar de las radiaciones electromagnéticas que es imposible evitar, a causa de la proliferación de comunicaciones con móviles.
Una noticia de última hora advierte que las frecuencias vibratorias, alteradas, de los inyectados con vacunas anti-Covid, (Pfizer y Moderna específicamente), pueden afectarnos a los no vacunados. Estas frecuencias son producto del vil ARNm traicionero.
No puedo olvidar tampoco que el lacerante hidróxido de grafeno nos puede llegar no sólo por las “vacunitas” sino también por el aire, agua y alimentos.
Pese a todo ello, he leído cinco o seis libros muy interesantes, editado más de cien artículos en el blog, realizado algunas curaciones y auto curaciones con el Péndulo Hebreo, (en dichas sanaciones sólo soy un humilde intermediario), recopilado miles de cuadros en Internet y, sobre todo, he realizado con Mónica, Mari Domi, Gloria y Francisco, y con Blas y Maribel unas cuantas excursiones inolvidables.
A Maribel he tenido el honor de darle algunas clases de matemáticas y lengua de refuerzo de su curso de graduado escolar.
Por otra parte, Mónica y yo hemos montado un pequeño huerto en la terraza de nuestro piso que cuidamos y visitamos a diario, con habas, coles, zanahorias, naranjo y limonero y varias plantas medicinales.
Clase particular de mates con Maribel, voluntariosa y entusiasta alumna, en nuestro salón. (Foto de Blas)
Mónica y yo hemos seguido limpiado la casa de Edu y regado los árboles de la finca que Eduardo nos ha dejado en herencia a Maribel, “Perla”, Guillermo y a mí, un par de veces semanalmente.
Los papeleos y trámites bancarios a cargo de “Perla” han durado un año y ya estamos casi listos para poner "el campo de Edu" en venta. Falta la limpieza energética de la casa y encontrar la agencia inmobiliaria adecuada.
En cuanto a mis impresiones sobre la esquizofrénica realidad política que vivimos, sólo voy a decir que tenemos que continuar despiertos, confiados en que el tinglado de la farsa plandémica se desmorone, (aunque si recordamos la pertinaz dictadura de Franco los augurios son deprimentes), y feliz de comprobar con el péndulo que mi edad cronológica frisa los 70 pero mi edad biológica aún se mantiene en los 60, todo un consuelo a estas alturas de la película.
Un saludo afectuoso a todos mis lectores, que merecéis toda mi gratitud y consideración.
Mis mejores deseos para el 2023 y, hasta donde se pueda, confío en que podamos seguir unidos en este viaje que nos facilita este precario blog.
Un gran abrazo fraternal y que el ánimo no decaiga.
Sed felices haciendo felices a quienes os rodean.
Hasta pronto, (inevitable, me temo).