UNA NOCHE TERRIBLE
Queridísimos
hermanos en tiempos revueltos:
No voy a
relataros mi noche del Gólgota, que ha puesto a prueba mi resistencia mental
hasta el punto de la desesperación y la locura.
Sólo voy a
indicaros que el ataque de angustia y desasosiego de esta noche pasada, me ha
tenido desvelado, sudoroso, con hipotermia (34,3º), picores en la zona superior
del pecho… hasta las 5:30 de la madrugada.
Desesperado,
porque ninguna ocupación (forrar libros) o entretenimiento (partidas de ajedrez
de Internet, ver cuadros de grandes pintores, TV…) me calmaba, tras mi
prolongadísimo desvelo me he duchado y he probado a relajarme en la cama casi agotado.
Gracias a una meditación in extremis para aquietar mi mente, he logrado dormirme.
Aunque he
dormido cuatro horas seguidas profundamente, y me he levantado mejor, me he propuesto
equilibrar mi energía mental desbocada con mi energía física un tanto reblandecida,
y también mejorar mis hábitos personales y sociales (siendo más amable y
empático con las personas de mi entorno).
Por ello,
tras el desayuno, he subido a pasear por nuestra terraza y no he parado hasta
que me he sentido mejor. Una joven libélula naranja me ha acompañado todo el
tiempo con leves desplazamientos sobre un alambre del tendedero bajo el que
pasaba en mis continuas idas y venidas terraceras.
Luego me he
puesto a realizar una forma de taichí hasta que me he bloqueado y entonces he
bajado a la casa a ducharme de nuevo.
En la
dietética de nuestra amiga Bea, ésta me ha mostrado en su móvil el
electromagnetismo ambiental, de los aparatos eléctricos y de nosotros mismos
con una aplicación gratuita que mide dicha radiación.
Su antiguo
ordenador echaba chispas y nosotros rozábamos lo soportable.
Como Bea es
muy simpática y superpositiva se ha puesto a bailar al descubrir que estaba
menos contaminada que yo.
-Vosotros
tenéis la gran antena 5G del pueblo más cerca de vuestra casa que mi tienda.
Me ha
recomendado largos paseos matutinos y vespertinos.
Tras recoger
la cesta de verduras semanal, que tenemos contratada con Dani, (quien lidera un
proyecto de huerto ecológico desde hace unos tres o cuatro años), y comprarle
unos encargos de mi mujer, me he marchado dejándome el nombre de la aplicación
que rastrea el electromagnetismo encima del mostrador.
Cuando la consiga de nuevo os la diré.
El programa
gratuito para medir radiaciones electromagnéticas con sólo aproximar el móvil al
aparato eléctrico, persona o lugar es MAGNETOMETER. A instalar el que os guste de
las tres opciones que ofrece la página de Internet.
Además de
este dato, Bea nos deja un “mensajito”:
NO LO
ROMANTICEMOS, EL VERDADERO CRECIMIENTO ESPIRITUAL ES UN PROCESO DE DESTRUCCIÓN,
DE DESMORONAMIENTO DE TODO LO QUE NO ERES.
Pues empezamos
bien, yo todavía estoy acojonado y no he podido comer más que un bocado de ensalada
y el café granizado; se me ha cerrado el estómago casi completamente.
Ahora pienso
que la libélula me mostraba que debo evolucionar hacia la ligereza y la belleza
(y supongo que también hacia el amor que nos une y expande).
La aventura
de vivir continua…
Sed felices como mejor os sea posible, siempre sin sucumbir al miedo, por más que nos ataque e intente doblegarnos.