domingo, 25 de febrero de 2024

 

UNA VALIOSA PÉRDIDA 

y búsqueda del niño interior 


 

De niño sufrí una violación espiritual.

Sentí una terrible indefensión

ante el sacrílego depredador de mi inocencia

y su absurdo abuso de poder brutal.

Abandoné entonces a mi niño interior,

me endurecí bajo una máscara

de soledad y altiva suficiencia.

 

Un vencido no proyecta conquistas,

no celebra ni comparte con gozo.

Un vencido, sin amor propio,

tan solo sobrevive, huye o imposta, y

cuando puede, maquina vil venganza.

 

La coraza de piedra que ha labrado

imperceptiblemente se adueña 

de su reseca alma.


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Cuando comprendí cuánto dolor

concita todo el amor perdido tras los años,

quise llorar. Mis lágrimas no lograron fluir.

 

Ya no pretendo ninguna ruin venganza.

Quisiera rescatar a mi niño interior,

recuperar el llanto y la alegría desbordados,

vivir de nuevo en su espléndida esperanza.

jueves, 22 de febrero de 2024

 

CIENCIA Y SUPERVIVENCIA


Aunque no seamos científicos, podemos observar y reflexionar sobre nosotros y el mundo que nos rodea, así como considerar las noticias que recibimos, evaluando su mayor o menor veracidad y probabilidad.

Actualmente, y más o menos veladamente, se nos insinúan temas como la 4ª revolución industrial basada en ingeniería robótica, el control medioambiental del clima, el control mental de la población por ondas herzianas, las vacunaciones con componentes tóxicos como el grafeno y genes extraterrestres, gobernanza global por oligarquías oscuras (en la sombra y asistidas por el foro de Davos y las principales instituciones internacionales), reducción drástica de la humanidad, moneda telemática, gran reseteo, Nueva Tierra en 5ª dimensión…

El problema de la desigualdad económica humana, (“No tendréis nada y seréis felices”, “Una moneda única, un gobierno para todos”), representa dilemas sobre qué investiga la ciencia, para quién investiga y con qué fines, cuál es su nivel de transparencia e implicaciones bioéticas de sus aplicaciones.

Temo no equivocarme si supongo que el poder económico y militar decide la mayor parte de las investigaciones científicas con repercusiones considerables sobre el presente y futuro de la humanidad.

No entiendo cómo es posible que en la era de las super-comunicaciones no se nos ofrezca información veraz, o directamente ninguna información, sobre todo lo que atañe a nuestra salud y supervivencia. Parece ser que los ciudadanos somos considerados por las élites del poder como simples productores-consumidores, conejillos de indias, crédulos bobalicones programables con propaganda de TV y manipulación electromagnética, química, etc.

Mis temores y preocupaciones, ¿las creo yo mismo desde una neurosis paranoica o tengo razonables indicios como para mantenerme en alerta permanente?

Para todo se nos dan explicaciones falsas. Cánceres, enfermedades mentales, muertes súbitas, olas de síndromes gripales, cada vez más frecuentes y corrosivas, “nada tienen que ver con “vacunaciones” experimentales, vertidos de metales tóxicos en la atmósfera o aumento de radiaciones de microondas para móviles, sino con virus malignos desconocidos”. La sequía, pérdida de producción olivarera, desaparición de insectos, casi total ausencia de golondrinas estacionales “nada tiene que ver con otra cosa que el cambio climático por quemar carburantes”.

Las denuncias en Internet y en los tribunales, de cualquier tema que comprometa a las farmacéuticas, telefonías inalámbricas o al poder político, son contrarrestadas con censura contundente y desinformación, además de la insidiosa propaganda oficial de los judas políticos y de los medios de comunicación comprados.

Yo publico estas cosas por si nos conviene espabilar y recuperar lo que se nos arrebata con impunidad y alevosía.

A continuación, unos pantallazos sobre los HEERP, tema militar del que tampoco se informa y es capaz de causar terremotos y desastres geo-ambientales muy graves, mediante ondas electromagnéticas concentradas muy potentes.















































































LOS APARATOS Heerp Y SU INSTALACIÓN EN BARCOS, AVIONES Y TODOTERRENOS










 



























































¿Qué hacer? ¿Confiar en que las élites, dueñas de la tecnología, banca, industria, gobiernos, medios de comunicación, armamento, etc., nos guíen al paraíso terrenal... o desconfiar de su ambición, codicia y soberbia, que podrían diezmarnos y esclavizarnos con golpes inesperados desde cualquiera de los frentes que controlan? ¿Cuáles son sus planes secretos? ¿En qué turbias manos está el destino de la humanidad?   




lunes, 12 de febrero de 2024

 

“Aquí me pongo a cantar, 

al compás de mi vigüela, 

que al hombre que le desvela 

una pena extraordinaria, 

como el ave solitaria

con el cantar se consuela”.       

                            MARTÍN FIERRO

 


Bogando voy con mi suerte

por este estrecho sendero

donde lo más placentero

se vuelve desgracia fuerte.

 

Me consuelo con el canto

de mis amores marchitos

pues al no ser muchachito

amores no tengo tantos.

 

No me falta la experiencia,

viví todas mis locuras…

ahorita mi alma procura

aquilatar su sapiencia.

 

Quisiera con estas rimas

de valía tan escasa,

mantener en pie mi casa,

revalorizar mi estima.

lunes, 5 de febrero de 2024

 

ENCUENTRO EN BENIYORK 2

 

Mi espíritu contradictorio me impulsa a comenzar esta crónica con agradecimientos sinceros para Manuela y Manuel Jurado disfrutando unos días en el hotel Golden de Benidorm, para Miguel López Navarro, para mi mujer, Mónica, y para todos los amables lectores de este blog.

Creo que los participantes del encuentro hemos pasado un día muy agradable y así nos lo hemos expresado sin remilgos en las despedidas.
Los planes originales de la reunión estaban orientados a pasar el sábado, 3 de febrero, en Alicante y Campello, pero Miguel no se podía acoplar por tener asuntos impostergables ese día… y acabamos abocados al plan B, el día 4, copia del anterior encuentro del 2019, sin novedades reseñables salvo el cambio de hotel por parte de Manuela y Manuel, pero con la efusión de amistad a tutiplén, que hizo que nos importara un carajo todo lo demás.

Miguel pasó a recogernos a Mónica y a mí media hora antes de lo previsto porque no recordaba bien si habíamos quedado a las 9 ó a las 10. Nosotros nos pusimos en sus manos sin dudar, ya que se conoce Elx, Santa Pola y Benidorm con tanto detalle que podría editar un libro espectacular con sus fotos de las tres poblaciones.

El cariñoso encuentro en Benidorm con Manuela y Manuel fue una flagrante violación de las leyes del tiempo a juzgar por los entrañables abrazos sin fisuras y las miradas de regocijo y reconocimiento que nos devolvían renovado el pretérito encuentro de Beniyork 1.

“Beniyork playas” exhalaba una rebosante multitud de visitantes paseando plácidamente al regocijo de un sol generoso, o entonándose alegremente en las terrazas de los bares. En algunos de estos adosados abrevaderos en línea, algún cantante joven, manejando su guitarra con gallardía, encendía con canciones en inglés a los parroquianos, arrastrándolos a canturrear con él o bailar como si estuvieran en un mini concierto.

Nuestro distendido paseo por la concurrida avenida playera, intercambiando pareceres y opiniones diversas, acabó planteando el dilema de la comida, que, aunque manido, no tiene sin embargo nada de baladí: comer en el restaurante del Golden, de bufet libre, o buscar algún caladero de más postín y señorío culinario.
El selecto restaurante, que Miguel recordaba de una anterior ocasión, no apareció pese a la enconada búsqueda del grupo masculino. Manuel se preguntaba, mientras tanto, “¿por qué no le sacó una foto al egregio establecimiento en su día y la colocó en una carpeta de lugares de interés especial?”
Nuestras chicas aprovecharon la situación y se fueron de tiendas, tras quedar en reunirnos en el hotel. (¿¡Qué raro, no!?)


Luego, ya reunidos en el hotel para la comida, la disparidad de platos fue notable. La primera y segunda paellas mixtas que sacaron de la cocina estaban sabrosas pero un poco pasadas o melosas o gachosas, pero sabrosas, ¡y no se hable más! El emperador daba lástima por lo tieso que había quedado el pobre, pero el calamar rebozado gomoso rozaba el crimen, lastimando mi memoria gustativa para siempre. El osobuco impecable y los postres aceptables. Sólo reseño lo que yo probé. Mis compañeros se regodearon, además de la paella, con las patatas panaderas rebozadas con huevos fritos, la ensaladilla rusa, los macarrones con tomate frito y otras viandas y postres que no recuerdo ya. Los chicos despachamos sin rencor la botellita de vino tinto y en vez de salir a la aventura, como teníamos programado, nos tomamos los cafés en la tranquila zona del bar del hotel.

El móvil de Manuel echaba humo de tantas llamadas que hizo a Manuela y Mónica, que se perdían por delante de nosotros entre el gentío cada dos por tres embebidas en sus confidencias, y las llamadas a Miguel que se quedaba rezagado haciendo fotos espectaculares. Eso sí, todos tan relajados y despreocupados como dispersos la mayor parte del paseo.

Yo me enganché a Manuel y nos recreamos en contarnos intimidades y ponernos al día, mientras Mónica y Manuela seguían con sus temas cada vez más emancipadas y autónomas. ¿Y Miguel? Cuando lográbamos reunirnos con él, esporádicamente, nos mostraba alguna foto nueva que acababa de tirar y se volvía a marchar de caza.

En uno de los miradores, un guitarrista sentado en su silla plegable de madera recreaba maravillosamente temas como “Aleluya” de Leonard Cohen, “Hotel California” de los Eagles y una canción de The Cure. Le premié con un par de euros y mi sincero aplauso de reconocimiento, que no dudó en agradecerme. La gente pululaba y hablaba a su alrededor sin mirarle siquiera y únicamente a mí se me ocurrió felicitarle por su descomunal talento musical. Le pedí a Miguel que le sacara una foto sin plantarme yo a su lado. Otra toma genial del artista de los atardeceres marinos.

Saliendo de allí pasamos junto a un grupo que observaba en la rocalla junto a un murete del mirador a una joven gaviota que nos miraba a todos a menos de un metro sin el menor recelo ni temor como esperando fotos o comida.

De regreso del paseo vespertino acusé sequedad en la boca y pedí al grupo una paraeta para tomar una tónica o cerveza. Miguel, guía intachable, nos llevó a una coqueta terraza encima de un pub inglés, “The White Lion”,  con vistas magníficas hacia el mar y su isleta. Fui a pagar y se me había adelantado de nuevo el más rápido del oeste, Manuel. Me ha animado a seguir practicando, aunque duda que le gane ningún duelo en el futuro. Es terrible, pero de estas derrotas sólo consigo consolarme relatando las cosas a mi manera, convencido de que ante las teclas del ordenador no tengo rival. (Falso. Acabo de leer “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón sin comprender que no le dieran el premio novel antes de fallecer).

En este simpático y destartalado encuentro hemos disfrutado como para dar envidia al más guapo.
Y por no faltar, no han faltado el intercambio de regalos y fotos, ni una pequeña sesión de péndulo al poco tiempo de encontrarnos.
Además, hemos andado más de 15.000 pasos casi sin darnos cuenta.
Como ya di las gracias al comenzar esta crónica, aquí os dejo las fotos de Miguel y Manuel, que son gloria divina, aunque me encantaría que Miguel nos regalase la foto del guitarrista y algunas otras de arte mayor que ya está sacando en su Palante cotidiano.



                        En la playa de Levante




                           

                             In the White Lion




                    En la cafetería del hotel Golden




 

                      En el mirador entre playas