“Aquí me pongo a cantar,
al compás de mi vigüela,
que al hombre que le desvela
una pena extraordinaria,
como el ave solitaria
con el cantar se consuela”.
MARTÍN FIERRO
Bogando voy con mi suerte
por este estrecho sendero
donde lo más placentero
se vuelve desgracia fuerte.
Me consuelo con el canto
de mis amores marchitos
pues al no ser muchachito
amores no tengo tantos.
No me falta la experiencia,
viví todas mis locuras…
ahorita mi alma procura
aquilatar su sapiencia.
Quisiera con estas rimas
de valía tan escasa,
mantener en pie mi casa,
revalorizar mi estima.
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