miércoles, 4 de agosto de 2021

¿SIRVEN DE ALGO LAS PREGUNTAS?

 

¿Es misión de las Instituciones velar por la salud, derechos y libertades de los ciudadanos?

¿Acaso no reciben los recursos financieros necesarios para desempeñar sus cometidos y, por supuesto, la DIGNA remuneración de sus representantes por sus servicios a la comunidad, a cargo de los impuestos recaudados de los ciudadanos sin privilegios?

¿Por qué, entonces, están haciendo exactamente lo contrario?

¿Es velar por la salud pública consentir, en vez de perseguir, los vertidos de chemtrails en la atmósfera?  ¿O dejar que el grafeno aparezca en los sobres de té de Mercadona, en las mascarillas, en los tests de PCR, en las “vacunas” salvadoras… sin consecuencia alguna para productores y difusores que gozan de impunidad obscena? ¿Desde cuándo el grafeno ha pasado de ser un tóxico a ser un maná maravilloso?

¿Cercenan nuestra libertad de expresión altruistamente porque pensar puede causarnos daños irreparables en el cerebro?

¿Nos están envenenando para eliminar gilipollas, a fin de reducir la población y mejorar la raza?

¿Y quiénes son los científicos que dictaminan, la comisión que recomienda, el comité de expertos que aconseja al Gobierno…? ¿Alguien sabe sus nombres?

¿Existe una conspiración en TV y otros medios de comunicación para eludir opiniones contrarias y argumentadas (con nombres propios y apellidos de sus emisores) al Pensamiento Único imperante?

¿Las últimas leyes impuestas por el Gobierno mediante decretazo en el BOE no pretenden arrebatar a la ciudadanía hasta el último resto de democracia, privacidad y libertades?

¿Nos van a hacer felices a la fuerza? ¿Vivimos en Jauja sin saberlo?

¿Pensamos reaccionar algún día o todo nos da igual?


5 comentarios:

  1. Amigo Pedro, a veces va bien escuchar esa música serena con la que meditan los monjes. Sea en el Tíbet o a orillas del Mediterráneo.
    Compañero no soy nadie para dar consejos, pero a veces a mi me ha ido bien sentirme como una gota más de este océano inmenso que nos rodea, en donde la única batalla de nuestra vida, la tenemos que librar dentro de nosotros mismos.
    Como siempre encantado de leerte, recibe un cordial abrazo.

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  2. Juan, primero, muchas gracias por desearme que alcance la serenidad y la paz.
    Segundo, consigue un imán pequeño, uno redondito tipo moneda. Colócalo en tu pecho bien seco para que no confundas la adherencia y creas que es a causa del sudor. Luego colócalo en tu frente. ¿También se adhiere?
    Ahora ya puedes meditar sintiéndote una gota de grafeno en el infinito.
    Perdóname si prefiero morirme por mí mismo a que me maten.
    A lo mejor da igual y la batalla conmigo mismo, de la que me hablas, la tengo muy perdida, pero mi muerte es mía y no de los matones, conspiradores y desalmados que pululan ostentosamente por el Poder político-social pretendiendo adueñarse de todo. ¡No soy un conejillo de indias, ni un robot ni un borrego con la marca de la Bestia!
    "...llevan a cabo sus turbios planes con precisión artera".

    Todas las semanas medito durante una hora. Para alcanzar tu maravilloso nirvana necesitaría meditar 25 horas diarias.
    Por el momento he conseguido desprogramarme del tabaco, la mariguana y la TV. ¿Conseguiré desprogramarme algún día del grafeno y las radiaciones electromagnéticas que alteran mis neuronas?
    ¡Ni siquiera Superman podía con la grafenocriptonita!

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  3. Es posible, Juan, que mis exabruptos a tus amabilísimas consideraciones con mi persona sean debidos a cierto aumento energético que debo reconducir y canalizar.
    Por otra parte, los tóxicos que me administro (alcohol, carnes...) y los que me administran (grafeno, conservantes, transgénicos...), junto a mi mal estado de forma (con el mínimo esfuerzo sudo y me canso), todo ello me conduce a pequeños desajustes mentales e irritación.
    Bienaventurados los mansos de corazón, como tú, porque veréis a Dios.
    Yo seguiré luchando con mis demonios interiores, reflejo y extensión de los exteriores, buscando merecer la paz de espíritu y un destino más creativo en mis futuras existencias.
    Junto con mis sinceras disculpas, mi eterno agradecimiento a ti por el amor con que me tratas.
    Un abrazo fraternal.

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  4. Pienso amigo Pedro que un poco contaminados estamos todos, este mundo se ha llenado de gases de efecto invernadero. El clima está desquiciado, y la gente no andamos mejor. Pero nuestra existencia hoy como en la época de Alejandro Magno, será salir adelante con lo que nos toque, lleva o truene.
    La música a mí me relaja y despeja la mente, me ayuda a despegarme del barullo.
    Recibe un cordial abrazo.

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  5. Gracias. Escucho poca música pero reconozco que puede ser un buen refugio contra el desasosiego.
    Yo el clima no lo veo tan desquiciado, aunque sospecho que determinadas catástrofes climáticas pueden estar provocadas "científicamente".
    Como bien sabes, pues me lees cuanto escribo en el blog, achaco los males de nuestro tiempo a la ambición (la desigualdad es estratosférica), a las conspiraciones de los poderosos, que además son riquísimos, y a la pérdida de conexión con nuestra madre Tierra y con nuestros hermanos cósmicos.
    Los gases que producen el efecto invernadero sólo son una pequeña parte de la nube de negatividad que nos envuelve.
    Por lo que se ve, los humanos, en cada encrucijada siempre elegimos el mal camino, el de nuestra perdición.
    Para contrarrestar tan pésimas perspectivas se podría suponer que "cuando las cosas ya no podían empeorar más experimentaron una ligera mejoría".
    Un abrazo con mis mejores deseos.

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