miércoles, 20 de abril de 2022

 

SUPONGAMOS

 

Supongamos que unos seres sin alma, controladores y depredadores, quisieran mantener su dominio ancestral sobre la humanidad en trance de liberarse.

Supongamos que trazan un plan, conveniente a sus infames propósitos, que incluye la eliminación de una proporción significativa de humanos, preferentemente enfermos, viejos o débiles.

Supongamos que, por la misma razón, intentan reducir la reproducción humana esterilizando a mujeres y hombres y enfermando o aniquilando a una parte de los recién nacidos.

Supongamos que, además, se proponen alterar el ADN humano para crear una especie totalmente sumisa y desconectada de la CONSCIENCIA universal.

Supongamos que estos seres son poderosos y controlan secularmente la banca y las finanzas, y que han conseguido poner la ciencia a su entero servicio.

¿Cuál sería el medio más eficaz para atacar a los seres humanos sin que se rebelen y protejan?

¡EL VENENO!



Salón de conferencias del Vaticano diseñado como cabeza de una serpiente


¿Por qué el Papa Francisco recomienda que nos vacunemos con una sustancia química, prácticamente desconocida para todos, en vez de proponernos orar y esperar un milagro? ¿Tiene más fe en las drogas químicas que en el amor de Jesucristo?

Supongamos que esos poderosos enemigos de la humanidad han estado dominando la Tierra, hasta ahora, utilizando una estensa red de sociedades secretas, mandatarios y comunicadores (mentirosos) a su servicio, pero que ciertos cambios energéticos cósmicos, (que actúan amplificando las consciencias), amenazan dejarles fuera de juego, poniendo punto final a su dominación.

Los planes para esta contingencia les obligarían a poner en marcha todo su arsenal científico, económico y social para evitarlo. No pueden permitir que la humanidad se libere del yugo y, de paso, de ellos.

Sus maniobras serán múltiples y coordinadas, a escala global, incluyendo alarmismo, desinformación, manipulación de gobiernos y estamentos sanitarios, etc.

¿Pero qué arma utilizar sin alertar a las víctimas del ataque letal?

¡¡EL VENENO!!

Existe un mortífero veneno, bastante asequible, que actúa fulminantemente en el torrente sanguíneo impidiendo la coagulación y provocando derrames y fallos sistémicos en los diferentes órganos, comenzando por el riñón. Lo proporcionan la COBRA REY, LA SERPIENTE KRAIT, LA CASCABEL y la VÍBORA.

¿Cómo inocular esos venenos al mayor número de personas posibles?

¡¡¡VACUNAS!!!

El único producto autorizado inyectable para bebés es REMDESIVIR, que ataca a la Protrombina, enzima que promueve la coagulación en caso de ruptura de vasos sanguíneos. De igual manera actúan los citados venenos de serpiente.

Pero volvamos a esos venenos de las mortíferas serpientes ya citadas:

Han sido aisladas 19 proteínas péptidas altamente neurotóxicas de los ofidios, similares a la famosa proteína spike del… ¿cómo le llaman? ¡Ah sí, Sars-Cov-2!

El doctor Hoff de Canadá analizó la sangre de sus pacientes covidianos (“vacunados”) y encontró en todos ellos múltiples fragmentos de proteína DÍMERO D en una proporción anormalmente elevada, señal clínica típica de trastornos sanguíneos de coagulación, que aparecen inequívocamente en quienes han sufrido mordeduras de serpientes venenosas.

Las neurotoxinas péptidas provocan también paralización parcial o total del diafragma, lo que dificulta la respiración, y provocan la tormenta de citoquinas que causa congestión respiratoria grave. 

El organismo alterado con las “vacunas venenosas” reacciona formando trombos que, llegando al pulmón, corazón o/y cerebro, pueden provocar la muerte o lesiones muy graves.

Lógicamente, cuanto más dosis de veneno se inoculan a las personas, el daño más se acrecienta, pese a que ya se hubieran recuperado del envenenamiento anterior. Por eso, los conspiradores antihumanos promueven vacunación tras vacunación, de forma periódica, como refuerzo del veneno ya aplicado.

Además de los envenenamientos directos por inoculación, los AMOS utilizarían el envenenamiento del aire (chemtrails), del agua y los alimentos, y complementariamente las radiaciones electromagnéticas para activar el grafeno y otras nanopartículas parasitarias que también contienen los viales.

Al comenzar la campaña de inoculación de los venenos de la COBRA REAL o de la serpiente de cabeza roja china KRAIT (que contienen estabilizantes muy duraderos de ARNm), se pedía a los vacunados no fumar porque la nicotina actúa como antiveneno y libera al diafragma paralizado.

También son eficaces antivenenos: el dióxido de cloro, la ivermectina, el zinc, la arcilla de bentonita, los corticosteroides como la budenosida (nebulizada), el quercitin, el N.A.C. (nacitil-cisteína), el cobre y la vitamina C.

Todos esos anticuerpos monoclonales mencionados CONTRA EL "COVID", han sido prohibidos o desacreditados por las agencias internacionales para la salud, que recomiendan REMDESIVIR como tratamiento idóneo, tratamiento compuesto de proteínas y péptidos liofilizados del veneno de COBRA REAL. 

La palabra virus tiene su origen en el latín y significa: VENENO

Supongamos que todo esto es pura paranoia.

Pero, entonces, ¿qué coño está pasando?, y ¿por qué todo es espantosamente incomprensible y macabro?

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