SUPONGAMOS
Supongamos
que unos seres sin alma, controladores y depredadores, quisieran mantener su
dominio ancestral sobre la humanidad en trance de liberarse.
Supongamos
que trazan un plan, conveniente a sus infames propósitos, que incluye la eliminación de
una proporción significativa de humanos, preferentemente enfermos, viejos o
débiles.
Supongamos
que, por la misma razón, intentan reducir la reproducción humana esterilizando a mujeres y hombres y enfermando o aniquilando a una parte de los recién nacidos.
Supongamos
que, además, se proponen alterar el ADN humano para crear una especie totalmente
sumisa y desconectada de la CONSCIENCIA universal.
Supongamos
que estos seres son poderosos y controlan secularmente la banca y las finanzas, y que han conseguido
poner la ciencia a su entero servicio.
¿Cuál sería
el medio más eficaz para atacar a los seres humanos sin que se rebelen y
protejan?
¡EL VENENO!
Salón de conferencias del Vaticano diseñado como cabeza de una serpiente
¿Por qué el
Papa Francisco recomienda que nos vacunemos con una sustancia química,
prácticamente desconocida para todos, en vez de proponernos orar y esperar un
milagro? ¿Tiene más fe en las drogas químicas que en el amor de Jesucristo?
Supongamos
que esos poderosos enemigos de la humanidad han estado dominando la Tierra,
hasta ahora, utilizando una estensa red de sociedades secretas, mandatarios y comunicadores (mentirosos)
a su servicio, pero que ciertos cambios energéticos cósmicos, (que actúan amplificando
las consciencias), amenazan dejarles fuera de juego, poniendo punto final a su
dominación.
Los planes
para esta contingencia les obligarían a poner en marcha todo su arsenal
científico, económico y social para evitarlo. No pueden permitir que la
humanidad se libere del yugo y, de paso, de ellos.
Sus maniobras
serán múltiples y coordinadas, a escala global, incluyendo alarmismo,
desinformación, manipulación de gobiernos y estamentos sanitarios, etc.
¿Pero qué
arma utilizar sin alertar a las víctimas del ataque letal?
¡¡EL VENENO!!
Existe un
mortífero veneno, bastante asequible, que actúa fulminantemente en el torrente
sanguíneo impidiendo la coagulación y provocando derrames y fallos sistémicos
en los diferentes órganos, comenzando por el riñón. Lo proporcionan la COBRA REY, LA SERPIENTE KRAIT, LA
CASCABEL y la VÍBORA.
¿Cómo
inocular esos venenos al mayor número de personas posibles?
¡¡¡VACUNAS!!!
El único
producto autorizado inyectable para bebés es REMDESIVIR, que ataca a la
Protrombina, enzima que promueve la coagulación en caso de ruptura de vasos
sanguíneos. De igual manera actúan los citados venenos de serpiente.
Pero volvamos
a esos venenos de las mortíferas serpientes ya citadas:
Han sido aisladas 19
proteínas péptidas altamente neurotóxicas de los ofidios, similares a la famosa proteína spike
del… ¿cómo le llaman? ¡Ah sí,
Sars-Cov-2!
El doctor Hoff de Canadá analizó
la sangre de sus pacientes covidianos (“vacunados”) y encontró en todos ellos múltiples
fragmentos de proteína DÍMERO D en una proporción anormalmente elevada, señal clínica típica de trastornos sanguíneos de
coagulación, que aparecen inequívocamente en quienes han sufrido mordeduras de serpientes venenosas.
Las neurotoxinas péptidas provocan también paralización parcial o total del diafragma, lo que dificulta la respiración, y provocan la tormenta de citoquinas que causa congestión respiratoria grave.
El organismo alterado con las “vacunas venenosas” reacciona
formando trombos que, llegando al pulmón, corazón o/y cerebro, pueden provocar la muerte o lesiones muy graves.
Lógicamente,
cuanto más dosis de veneno se inoculan a las personas, el daño más se acrecienta, pese a
que ya se hubieran recuperado del envenenamiento anterior. Por eso, los
conspiradores antihumanos promueven vacunación tras vacunación, de forma periódica, como refuerzo
del veneno ya aplicado.
Además de
los envenenamientos directos por inoculación, los AMOS utilizarían el envenenamiento
del aire (chemtrails), del agua y los alimentos, y complementariamente las radiaciones electromagnéticas para
activar el grafeno y otras nanopartículas parasitarias que también contienen los viales.
Al comenzar
la campaña de inoculación de los venenos de la COBRA REAL o de la serpiente de cabeza roja china KRAIT (que contienen estabilizantes muy duraderos de ARNm), se
pedía a los vacunados no fumar porque la nicotina actúa como antiveneno y libera al diafragma paralizado.
También son
eficaces antivenenos: el dióxido de cloro, la ivermectina, el zinc, la arcilla
de bentonita, los corticosteroides como la budenosida (nebulizada), el quercitin, el
N.A.C. (nacitil-cisteína), el cobre y la vitamina C.
Todos esos anticuerpos monoclonales mencionados CONTRA EL "COVID", han sido prohibidos o desacreditados por las agencias internacionales para la salud, que recomiendan REMDESIVIR como tratamiento idóneo, tratamiento compuesto de proteínas y péptidos liofilizados del veneno de COBRA REAL.
La palabra virus tiene su origen en el latín y significa: VENENO
Supongamos
que todo esto es pura paranoia.
Pero, entonces, ¿qué coño está pasando?, y ¿por qué todo es espantosamente incomprensible y macabro?
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