Poema de José Antonio Moltó, que
amablemente me permite editar en el blog. Gracias, José Antonio.
A VUELTAS CON LA
INERCIA
A la orilla del mundo,
me resguardo silente,
recostado en un banco,
en la calle de siempre.
Por doquiera que mire,
la verdad, nada veo,
recostado en el banco,
entre mares de gente.
Ya hace tiempo que espero
el momento de verte…
y sufro la impotencia
de no saber quererte.
Recostado en el banco
con un gesto indolente,
me he pasado la vida
esperando otra suerte.
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