ENCRUCIJADA
Pido perdón de esta falsa cordura.
Siento el voraz abismo
acechando mi obtusa mente herida.
Las palabras se arman y desarman
en duermevela inquieta
cual espejismo o tumba.
Los muros que levanta mi ansiedad
no evitan esta oscura refriega
con el CAOS infernal,
ni el triste desamparo de la lluvia marina.
Mi pobre EGO tapia
errores y horrores a destajo
por mantenerme a salvo todavía.
Queriendo rescatar el pasado perdido
me arrastro torpemente
tras sus huellas vacías.
Finalmente, sucumbo
a esa ansiedad insana
que devora mi vida.
Perdonadme también
esta vieja impostura.
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