Una noche bastarda
La desilusión, el desencanto
y una miaja de desesperación
son inevitables
cuando ves cambiar aceleradamente el mundo
-dejándote tirado en sus orillas-
sin que cambie lo único que tú desearías que cambiase:
la indecencia de la desigualdad,
la maquinaria inhumana construida con rutinas,
favoritismos y honorables mentiras.
Las estrellas prefiero no mancharlas.
Tal vez sean la única verdad, nuestra última esperanza.
La noche es misteriosa. Guarda lo que olvidamos.
Y, ¿quién sabe?,
tal vez los derrotados
seamos una fuerza asombrosa y temible
tras el naufragio de los impostores,
cuando Bukowsky nos invite a una ronda de cerveza
en un bar que apesta a grasa y orines
una noche bastarda.
Las personas que buscamos, queremos y luchamos por un mundo más humano y solidario no debemos sentirnos derrotados. Las estrellas de la ilusión deben brillar en la noche negra para darnos fuerza e impulso. Nunca debemos desesperarnos amigo Pedro.
ResponderEliminarUn abrazo
Estamos de acuerdo, Fernando.
ResponderEliminarLo malo es que los impostores (los enemigos y traidores de la Humanidad) nos mantienen a raya, y eso cuando no nos dan ciento y raya.
Estamos en guerra contra un fascismo global que domina la economia, la ciencia, la información... y nos dejamos manipular sin oponernos porque no queremos creerlo y preferimos ir al matadero completamente zombificados.
Mi esperanza consiste en "esperar" que despertemos antes de que nos aniquilen o esclavicen más todavía.