“Si he perdido la vida, el tiempo,
todo lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre,
todo lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.”
Rafael Alberti
D Discovery Salud nº 247.
Abril 2021
No conozco a nadie más
pesadito que yo. Largo y largo sin que nadie o casi nadie tenga interés alguno
en lo que cuento.
Estoy leyendo la revista que
cito en el título de este artículo y me estoy volviendo loco. Resultado: sin
contención ni prudencia de ninguna clase me lanzo a “largar” lo que voy
entendiendo de su lectura.
Esta nada prestigiosa
revista, indigesta para paladares científicos selectos, trae unos cuantos
artículos que desafían todo lo expuesto sobre virus, Plandemia, radiaciones 5G,
mascarillas y demás medidas autoritarias anti-contagio.
La primera noticia, que no
tardamos en propalar ni un segundo, es la de la Fiscalía del Tribunal Supremo
dictaminando improcedente la vacunación forzosa. El vacunólogo Federico
Montalvo afirma, no obstante, que “pese a ello, las autoridades deberían multar a quienes no se vacunen”. Así de puta madre es nuestra democracia.
En cuanto a lo cojonudo
que es inocularse la vacuna AstraZeneca, sin otra necesidad que calmar nuestro
miedo, el propio fabricante reconoce que “puede provocar picazón, dolor, prurito,
enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección, erupciones, urticaria,
malestar general, cansancio, debilidad, disminución del apetito, sudoración
excesiva, fiebre de más de 38º, escalofríos, dolor de cabeza, dolor de
estómago, náuseas, vómitos, diarreas, mareos, somnolencia, dolor articular o
muscular, inflamación de los ganglios linfáticos, cambios en el ritmo cardiaco,
dificultad para respirar, silbidos respiratorios e hinchazón en cara, garganta
y labios”
Y digo yo: ¿quién puede
resistirse a probar algo tan heavy metal?
Mi artículo favorito es el
de la entrevista al virólogo alemán Stefan Lanka. Imposible resumir una teoría
tan revolucionaria y anti materialista con mi escasa formación científica.
Sobre Pasteur, (padre venerado como fundador de la medicina actual, asentada en el
principio de la infección), y basándose en los diarios del mismo Pasteur
analizados por el profesor de la Princeton University, Gerald Geison, se nos
desvela el engaño que perpetró Pasteur para demostrar la eficacia de su vacuna
contra el bacilo del ántrax. Envenenaba animales (perros, ovejas…) que morían
ante el público. Luego inoculaba el bacilo a otros animales que decía haber
inmunizado con su vacuna, los cuales no morían. Claro, porque estos animales no
habían sido envenenados previamente.
Hitler anuló todas las
escuelas alemanas de medicina que no siguieran la Teoría de la Infección, consiguiendo
que ésta sea la teoría dominante desde entonces.
El artículo “Cómo conseguir que millones de personas se crean
una mentira” nos remite, más allá de
la manipulación de redes sociales y medios de comunicación de masas, a la moral
autoritaria y castradora de nuestra cultura, que reprime la sexualidad infantil
para convertir al individuo en un ser dócil y obediente, gracias al trauma
inconsciente generado en el infante.
Quien desee comprender
mejor cómo se ha implantado el modelo
domesticador que ha producido el caos
que arrastramos desde hace más de un siglo, ya puede leer este artículo y a
continuación echarse a llorar.
También considero muy
saludable el artículo sobre los tribunales de diferentes países que anulan las
medidas anti contagio de la Plandemia. Lamentablemente, tal como se nos
explica, la politización de la Justicia en España nos sigue ofreciendo
atentados impunes a la libertad ciudadana, pasividad, y silencio ante el recurso
presentado al Tribunal Supremo por Vox sobre la inconstitucionalidad del (¡primer!)
decreto de alarma.
De nuevo, la falsedad del
estado democrático español se demuestra palmariamente. Partidocracia es lo que
hay y gracias.
Para terminar, que no quiero
cansaros y yo también me canso, copio la entrada del artículo “Las radiaciones electromagnéticas de la tecnología 5G
y la Covid-19” y ahí lo dejo, aunque hay más platos
sabrosos para degustar en la revista:
“Los doctores Beverly Rubik y Robert R. Brown
acaban de publicar un trabajo según el cual las radiofrecuencias de las
comunicaciones inalámbricas –incluidas las microondas y las ondas
milimétricas-, especialmente las emitidas por la tecnología 5G, están
relacionadas con la Covi-19. Contribuyen a la hiper-coagulación, alteran la
micro-circulación, reducen los niveles de hemoglobina y eritrocitos exacerbando
la hipoxia, causan inmunosupresión e hiper-inflamación, aumentan el estrés
oxidativo y la producción de radicales libres, empeoran las arritmias y los trastornos
cardiacos, exacerban la lesión vascular y el daño orgánico y, además, aumentan
intracelularmente los cationes de calcio, esenciales para la entrada,
replicación y liberación del virus”.
A mi si me interesa lo que escribes que tiene de bueno que es totalmente diferente.
ResponderEliminarGracias José Manuel, me anima cantidad que aprecies lo que voy sacando en este blog. Y me alegra saber que seguimos en contacto.
ResponderEliminarMuchos artículos, como habrás notado, ni siquiera son míos.
Combato la Plandemia y sus inquisiciones, (lo mismo que combatimos años ha la obligación de prestar servicio militar), con todo lo que encuentro.
Bueno, con todo no, que exponer todas las insidias y conspiraciones que voy conociendo sobrepasa mis modestas posibilidades. De ahí que incite a informarse de primera mano con la revista D Discovery Salud a quien incautamente me leyere.
Mi compa F. me facilitó el buscador ECOSIA para encontrar contenidos sobre el 5G u otros censurados. El complot para imponernos las radiaciones electromagnéticas es brutal, como sin duda sabes.
A continuación voy a poner el último informe sobre los satélites 5G que da más miedo que toda una familia de Covid suelta sin pandemio ni antivirus.
Por aquí hace muy buen tiempo. ¡Ojala pudiéramos volver a vernos!
¡Un abrazo!