sábado, 5 de marzo de 2022

 

DESPEDIDA para

RAFAEL CAMPILLO SENDRA, 

(9-6-1935) (1-3-2022)

 

Te marchaste pero dando la cara al enemigo.

Luchaste hasta el final con tu palabra lúcida y sentida.

 

Me pones en un brete con tu rauda partida,

tan serena, valiente y asumida,

que me exige tu evocación urgente

improvisando esta parca elegía.

 

Nos unieron el Camino de estrellas de Santiago,

los estudios en Tien de acupuntura,

paellas y porros con Cecilio, con Toro y con Pepito,

las sesiones de yoga en ca tu hermana Mila,

tus libros de memorias y unas cuantas poesías,

y aquellos paseos nocturnos con Toro 

arrastrados por Rambla y Explanada

con los fartons y horchatas incluidas.

Con Paco González realizamos similares salidas,

una de ellas en carnaval alicantino de los años 90

y otra en Sant Joan en la audición de jazz 

poco antes de su pronta partida.

 

Tus lemas eran la risa, los amigos y el amor a la vida.

Quisiste sin medida a tu pequeña Aitzea.

Tu gran deuda de siempre ha sido con Manuela,

y, aunque lo valoraste poco, el amor fraternal

de Lolín y de Mila, sin olvidar tu madre, 

hijos y nietos… toda tu familia.

 

Tal vez te estés riendo de este “mierdecita”,

siempre tan despistado, y con sus tonterías.


Gracias de corazón por compartir conmigo

tu amistad sin traba y alegre compañía.

 

Eché de menos tus correos diarios,

con José Antonio, estas semanas últimas.

Te apremió, ya se ve, tu viaje a otra vida.

 

Puede que te recuerde hoy y unos cuantos días.

Dale un abrazo a nuestro amigo Paco 

y no dejéis de echaros unas risas.



Esta fue la última poesía que nos mandó:


La mejor experiencia

siempre es la propia.

Nadie escarmienta

en las costillas ajenas.           4/02/2022

 

Se me olvidaron los abrazos.

 


EN EL PUNTO ÁLGIDO

 

Cuando se llega a la cima

se respira aire puro de montaña,

unas bocanadas amplias

hinchando los pulmones

dejando que entre a raudales

el céfiro mágico sanador

hasta lo más profundo de la esencia.

¡Ya no, llegamos tarde!,

hasta la montaña nos madrugó

la contaminación estúpida

de los seres más contradictorios,

los que ascienden a mascarilla calada.


Hay otros puntos álgidos:

en medio de absurdas contradicciones

-tratándonos de pardillos crédulos-,

científicos del protocolo,

(para qué estudiar más 

y comprometerse con su profesión),

le dicen a mi hermana ingresada el sábado,

con mucha pompa y regocijo,

"La vemos muy bien

el lunes se va para su casa".

El lunes se equivocaron de camino, 

marchó con muchas prisas

y pocas disculpas camino del Tanatorio.


Ni puta idea, los médicos 

de la Mejor Sanidad de Europa

con sus fatídicos protocolarios,

¿cuántas veces al minuto

equivocarán el camino?

Si alguien se atreve a levantar la voz

enseguida le pondrán sordina.


Y ahora, para que nadie me lo cuente,

estuve en la misma tesitura

dos veces grave en una semana,

con dos opciones claras,

¿voy a correr la misma suerte o parecida

a la de mi hermana

en la misma clínica, o muero

tranquilamente en casa?


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