ASEDIO NOCTURNO
Una inquietud insana
me impele a
la escritura,
tras palpitar
mi lecho
cual una
sepultura.
Se me
atascan las flemas,
manos frías desnudas.
¡Mi cómoda yacija
se me antoja
una tumba,
una tumba de
angustia
en esta noche oscura!
Rondan mi
mente ida
sombras de la
impostura
que salpica en
mi alma
sus lúgubres
tinturas.
Tratando de
calmarme,
ante el feroz
abismo
que forja mi
locura,
me aferro una
vez más,
desesperadamente,
a esta vida caduca.
Llénate de Paz y Sosiego, hermano. Un abrazo
ResponderEliminarTras los desvaríos mentales en que tropiezo, procuro recobrar la serenidad y retornar a TAO.
ResponderEliminarPerder pie al caminar me recuerda que no debemos confiarnos demasiado ni en el camino ni en nosotros mismos, sino estar alerta y peregrinar con humildad, agradeciendo el viaje a Ítaca en el que estamos embarcados.
Gracias, hermano, ánimo y buena estrella en tus objetivos.
Yo también vivo en ocasiones esa noche oscura, esa angustia malsana, esa negra tumba. Y también me aferro a mi vida caduca.
ResponderEliminarTal vez las personas que pensamos, que reflexionamos ,que nos enfrentamos a nuestros propios miedos y locuras padezcamos las mismas angustias en el camino hacia nuestro inevitable destino.
Hay que buscar la luz que disipe la oscuridad y alumbre nuestro camino. Nacer para vivir, vivir para morir...¡Qué triste desatino!
Un abrazo
En tus fraternales palabras me siento totalmente comprendido.
ResponderEliminarVivimos cúspides de maravilla y abismos de terror. ¿Y qué podemos hacer? Mantener el tipo y elegir siempre la verdad y la fe.
Ten confianza, que la luz prevalece sobre la oscuridad.
Un abrazo de ánimo y amistad, también para Trini a quien agradezco que le gustara la crónica de nuestro encuentro.