jueves, 16 de febrero de 2023

 

HISTORIA DE UN TRANCAZO

 

No estoy seguro de tener energías y concentración suficientes para tratar el tema.

Dos razones:

El trancazo mismo que, aunque se me han suavizado un par de síntomas, continúa su curso irremediable de mocos y jodida tos seca.

La otra razón es que estoy baldado, agotado, por no haber conseguido dormir ni siquiera dos horas en toda la noche.

Al no conseguir conciliar el sueño, salvo el primer tirón desde las 23 horas hasta las 24:30, me he pasado la noche levantándome a pasear por la terraza interior o entretenerme con el ordenador. Cuando los cabezazos del sueño me impedían entender y seguir una partida comentada de ajedrez, me acostaba de nuevo.

La tos seca, cursando aún irritación en tráquea y garganta, me desvelaba y me incomodaba. Vuelta al ordenador. Al acostarme de nuevo me decía: “Aunque no consigas dormir, relájate y procura aguantar calentito entre las sabanas y el edredón”. Creo que en ningún caso logré permanecer acostado más de tres cuartos de hora.

Mónica tiene aún síntomas del catarro, pero mucho más leves. Ella cogió el catarro el viernes pasado y duerme bien. Dice que su tos ya está "cocida", por ende la mía está "cruda". 

Yo lo cogí el martes, cuando empecé a moquear y sentirme un poco raro. Esa noche encontré un recurso para dormir, colocándome sobre el costado derecho. Hacia el otro lado tenía pitos y ya se sabe lo que jode intentar dormirse con un ruidito en cada expiración. Me levanté a orinar varias veces y luego me costaba dormirme pero creo que lo conseguí unas seis horas en total.

Lo malo fue sufrir la escalada del catarro desgarrándome la garganta con las toses, ya de buena mañana. 

Mocarme cada cinco minutos y consumir incesantes pañuelos de papel o papel higiénico, me resultaba molesto, pero tolerable. Romperme la garganta con cada tos era mucho más serio y preocupante, tanto que no podía ni hablar pues estaba afónico y subir la voz más allá del susurro, me dolía.

Mónica empezó a preocuparse y me dijo que iba a ir a la dietética de nuestra amiga Bea a buscar remedios.

-Voy contigo –le pedí con mi lastimosa voz rota.

Bea también ha pasado un catarro similar durante estas semanas pasadas. Aún le queda una ligera congestión nasal.

-Es la primera vez que te veo enfermo, –me comenta.- Mucha gente está igual, abarrotando las consultas médicas y las urgencias, y pidiéndome terapias a mí.

Me recomienda gárgaras de tomillo, sal y limón; cataplasma bien caliente de cebolla entre dos paños, sobre el pecho; vahos de eucalipto o menta; bebedizo de azúcar caramelizada con orégano hervido, limón y miel.

Comprendiendo que no voy a llevar a cabo tantas operaciones sanativas, nos vende un potente jarabe de 11 hierbas y vitamina C: Bronquitoran C, (tres vasitos-tapón a lo largo de cada día).

Finalmente le pide a Mónica que la whastsappee el jueves informándole de cómo me encuentro. Si no hay mejoría me propone ponerme los imanes. A ella se los puso Rubén, otro terapeuta que también atiende pacientes en la habitación de la trastienda de la dietética.

Antes de encaminarnos a casa, le pido a Mónica acercarnos a la clínica de acupuntura que ha abierto recientemente nuestro amigo Jose, el que tiene la casa en el Calvario. Además de acudir a los cursos de acupuntura en Tien, como yo, él aceptó hacer un año de prácticas con Juma. A mí se me hacía muy cuesta arriba ir a la consulta de Juma después de mi jornada laboral de profesor en Monóver. Y encima llegando tarde a las prácticas.

La clínica estaba cerrada, por lo que Mónica y yo enfilamos hacia casita.   

Enseguida me tomé el pocillo de jarabe y se me ocurrió poner media cebolla en un tazón con agua para suavizar la respiración y las toses.

Lo último que tomé sólido fue el desayuno del martes y unas cucharadas de la sepia con patatas a medio día. No me apetecen ni siquiera los líquidos, aunque bebo agua o tisana con miel para no tener la boca siempre reseca, sólo pequeños sorbos de vez en cuando.

Me peso y encuentro que he perdido unos dos kilos en dos días. Me tomo la temperatura y, avanzada la tarde del miércoles, me detecta el termómetro fiebre moderada-alta. El resto del tiempo me mantengo en mis 35'5, pues soy hipofébrico

Ayer sufrí un desagradable accidente, que seguro agravó mi lamentable estado: Me quedé dormido en el sofá del salón y tuve una eyaculación como colofón de un sueño erótico.

De ahí en adelante todo fue a peor hasta esta mañana, que pese a la fatiga física y mental de la falta de sueño, tengo las toses sin irritación y el moco, algo verde y menos frecuente.

Resuelvo subir a la terraza exterior a ver si me despejo un poco. Hace un buen día así que decido también salir a respirar la calle. Después de dos días de larga y lánguida penumbra casera ya apetece.

Como excusa voy a preguntar a la papelería-librería si ya les ha llegado el ejemplar que encargué el martes: “RetratARTE” de Carlos del Amor. En la recopilación de retratos femeninos que hice en un artículo del blog apenas coincidí con la selección de este libro.

-Tu libro llega hoy, pero algo más tarde.

Doy las gracias y aprovecho para sacar dinero de nuestra cuenta bancaria y luego se me ocurre visitar a Bea para informarle de mi estado y ver si me recomienda una sesión de imanes.

-Tienes mejor cara. ¿Has hecho las gárgaras?

-No, pero las haré cuando llegué a casa. Estoy tomando el jarabe y pensándome lo de la cataplasma.

-Puedes seguir viniendo a verme y evaluaré cómo lo llevas.

-Estoy mejor, ya puedo hablar aunque sea con voz ronca, tengo la moquera menos fluida y la molesta tos perruna no me irrita la garganta.

-Las gárgaras limpian la posible infección y son el primer tratamiento a seguir. Te dejo, que tengo un paciente en la salita.

Le doy las gracias y nos despedimos sin más ceremonia. “Chao”

Al salir a la calle pienso en dar un paseíto por las afueras soleadas del pueblo.

Antes de encauzar mis pasos para casa, paso por la clínica SHUI de Jose.

Está cerrada aunque ofrece dos teléfonos de contacto, que de momento no tomo.

Ya en casa me preparo y hago las gárgaras.

Como los paseos han logrado despejarme un poco, le digo a Mónica que podíamos dar una vuelta esta tarde.

Especulando un poco acerca de tanta repentina enfermedad encontramos varias causas: el frío y viento húmedo que nos encontramos en Santa Pola el jueves pasado; y en San Blas, yendo y viniendo a casa de mi hermana “Perla” el sábado; el haber pasado un largo rato con Bea acatarrada el martes pasado en su dietética… y no olvidamos las radiaciones electromagnéticas de las antenas omnipresentes del 5G y los chemtrails, que pueden haber vertido sus tóxicos metales pesados a lo bestia aprovechando lo nublado del cielo. Las hojas de nuestras coles lucían maravillosamente hasta que un día aparecieron con una pátina blancuzca que no se les va.

Se me cierran los ojos. Fin de la crónica.

P.D. Llevo hechas dos sesiones de péndulo para mejorar la salud de Mónica y mía y otras dos de taichí. La que hice en plena noche no la terminé porque me desconcentré irremediablemente. La de esta mañana me salió del tirón, pese a la somnolencia que me tiene echo una caquita.

¡Quiero estar sano y dormir a destajo como un marrano!

(Antes de ir a recoger el libro venzo la cabeza sobre los brazos en la mesa del ordenador y tengo un sueño maravilloso de casi una hora. Mientras dormía era consciente de que estaba durmiendo y de que mi mente me trataba amorosamente, sin incordiarme con sus tontos miedos y angustias. Imagino que hubo una asistencia espiritual, que agradezco profundamente).

Lo vivido hasta ahora se asemejaba a un encierro forzoso e inquietante, a una prisión.

VIERNES: Aguanto en la cama desde las 12 a las 7. Antes de acostarme me había quedado dormido en el salón frente a la tele un buen rato, tal vez una hora y media, según Mónica. 

Durante la noche me levanto a orinar a las 5:20, aunque lo hago por refrescarme un poco, ya que me siento acalorada la cabeza.

Para evitar los pitos elevo la almohada siguiendo el consejo de Mónica.

-En el sofá te has dormido sin problemas. Podías probar con dos almohadas para tener la cabeza más erguida.

Una parte de la noche he estado desvelado buscando la postura mejor, intentando expectorar las flemas traqueo-faríngeas, buscando una respiración plácida. A esto último me ha ayudado que ya no moqueo apenas. Pese a todo ello creo haber dormido unas cinco horas y me siento mejor que ayer. 

-¿Quieres desayunar?

- No, gracias, prefiero seguir con el ayuno. 

¡Cuidemos la salud a tope que sin ella no somos nada!

¡Si nos dejan! Olores ominosos de gasoil, (como en el trenet de Elche), y otras mierdas se respiran últimamente demasiado a menudo en la calle. 

Hoy, sábado 18 de febrero, Maribel nos contacta tras dos semanas de silencio. Habíamos especulado diversas explicaciones. Lo que nos dice Maribel es que han estado las dos semanas con un trancazo brutal. La amiga Bea redunda en el argumento de las radiaciones electromagnéticas, que ella misma ha sentido bajarle al pecho desde los auriculares inalámbricos.

¡Danos paciencia, Señor, y si te es posible un poco de Justicia, que no sabemos que hemos hecho para merecer tanto castigo! 

4 comentarios:

  1. Pedro eres tremendo!!!. Cómo recuerdas y describes todos los pasos que has vivido a costa de tu perverso catarro que se te ha colado hacia la tráquea y los bronqiis(de ahí los pitos). Confío que con el cuidado de Mónica y los remedios naturales de tu dietética te recuperes plenamente. Yo también he tenido un fuerte catarro. Me empezó con un fuerte picor y ardor de garganta que me hacía toser con tos seca e irritante. Luego estornudos tremendos. Cada estornudo me producía fuerte dolor en el pecho, como si me rajasen la tráquea. Por la mañana tomaba naranja en el desayuno, no zumo sino naranja natural. Así estuve sábado y domingo. El lunes me llegué a una farmacia y me dieron unas pastillas para chupar que me suavizaron la garganta. El resfriado me subió a la cabeza y mi nariz era una catarata de agua,mis ojos rojos y húmedos y mi cabeza como hinchada. Así he pasado los últimos días en Benidorm. Ayer me levanté más despejado y cuando regresaba me sentía mejor y así continúo. El viernes pasado fuimos a Guadalest y pasé mucho frío. La temperatura era muy baja y ese fue el origen de mi constipado. Te deseo una pronta y positiva recuperación. Un abrazo

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  2. ¡Y yo que creía que lo estaba pasando mal! ¡Eres un héroe de la resistencia!
    Como tú, he echado mano de la vitamina C, pero en comprimidos y jarabe. La catarata nasal y la garganta irritada son los primeros síntomas. Cuando la enfermedad llega a los bronquios no queda más remedio que cuidarse al máximo y tener paciencia.
    Tu catarro, relacionado con el mal tiempo, nos previene a evitar el turismo de invierno o a tomar medidas anticatarrales.
    Si he narrado el catarro ha sido por ocuparme en algo y mantener la vena narrativa sobreponiéndome al decaimiento.
    ¡Que te mejores del todo pronto y podamos seguir compartiendo nuestra amistad con temas más felices!
    Tu poesía, homenaje a Anguita, es estupenda y refleja la grandeza de un hombre íntegro, al que siempre he admirado y estuvimos a punto de conocer personalmente por mediación de José Antonio Naz Valverde.
    Eres un poeta de alma y corazón con gran dominio del léxico poético y un encomiable optimismo vital. Mis felicitaciones.
    Un gran abrazo para ti y para Trini. A Gregorio y a Pepi otro gran abrazo, pues fueron encantadores con nosotros y nos lo pasamos muy bien en su compañía..

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  3. 'No estoy seguro de tener energías y concentración suficientes para tratar el tema' Amigo Pedro: veo que te sobra energía y concentración para describir perfectamente lo que te pasó. Espero que estés ya completamente curado.

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  4. Agradeciendo tu amical interés por mi salud, te reporto que la fase más dura ya ha quedado atrás.
    No llegué a completar los cinco días de ayuno de sólidos, pero he vuelto a comer progresivamente y hoy, 23 de febrero, voy a retomar el desayuno con café y leche de avena después de 9 días.
    Aunque la enfermedad ya no me tortura, dice Bea que tenga paciencia porque no arrancarán los síntomas del todo hasta dentro de dos semanas.
    El ayuno me ha hecho perder más de 5 kilos y ha descongestionado mis digestiones. Hago vida normal aunque me fatigo un poco más que antes.
    Resumiendo, vivir es resistir.
    Espero que tú y tu familia no sufráis estos percances que están afectando por igual a vacunados de Covid y no vacunados.
    Un gran abrazo, José Manuel.

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