SERMÓN DE INVIERNO
Queridos
hermanos en Cristo Jesús:
Los
demonios terraplanistas, plandémicos y conspiranoicos de vacunas, chemtrails,
radiaciones electromagnéticas, control mental y agendas exterminadoras… vuelven
al ataque.
Parecían
resignados a morder el polvo de nuestra verdad sin fisuras, única verdad
verdadera, que hasta la revista Lancelot propugna desde la ciencia científica más
inexpugnable e irrefutable…, pero no.
Cual la
cabeza de la Hidra, emergen de nuevo estos negacionistas para enturbiar nuestra paz, confianza y
seguridad, levantando las alfombras del bien pensar para mostrarnos nuestros defectillos antidemocráticos
y exhibir su repelente disidencia cognitiva alarmista y anárquica.
Como una
fuerza constreñida, aspiran a desmontarlo todo, a tergiversar nuestros logros haciéndolos
pasar por desastres, a evidenciar nuestra irresponsabilidad por no acceder a
debatir, escuchar e investigar lo que a ellos les parece bien.
Hermanos
en el Señor, mantengámonos unidos frente a las continuas asechanzas del maligno
disidente y oremos para que nuestros hermanos endemoniados dejen de mirar
donde a nadie le importa y se unan al rebaño, homologado en la fe de las sagradas vacunaciones, que desde
todas las iglesias-canales televisivos divulgamos para el bien espiritual de
los espectadores-feligreses.
Este sermón del padre Simón viene a cuento a raíz de la noticia del ciclo de conferencias propuesto por la catedrática de Ingeniería Industrial de la Universidad de Córdoba (España), Isabel López, para contrarrestar la censura imperante y debatir la realidad actual sobre cambio climático, toxicidad de las “vacunas” Covid, etc., sin dogmatizar ni estigmatizar el pensamiento crítico.
La
Universidad cordobesa, para tranquilidad y satisfacción del padre Simón, ha
prohibido el ciclo. ¿Cómo iba un órgano del aborregamiento cognitivo de la juventud
consentir una actitud reflexiva e independiente?
“Esto no es
censura sino defensa de las teorías científicamente comprobadas frente a una
pretenciosa pseudociencia”, explican los aborregadores oficiales.
Yo no
entiendo nada:
La Ciencia,
eludiendo el papel fundamental del debate permanente y abierto para cualquier
supuesto conocimiento, y con la confrontación de teorías mediante observaciones y
experimentación libres como base racional del progreso científico; la Democracia, fomentando el Pensamiento Único contra
la libertad de pensamiento y expresión de creencias; La Estadística,
manipulada, tergiversada, utilizada a conveniencia de los dictadores
democráticos; y los periodistas ignorando la mayor y mareando la perdiz con
politiqueos, cotilleos y las desgracias cotidianas…
El cambio climático, producido por el calentamiento global, es para cagarse de miedo, pese al frío que estamos pasando, pero la contaminación tóxica por metales pesados, vertidos impunemente en la atmósfera..., no existe.
Se mantiene oficialmente, además, la inocuidad de las
radiaciones de ondas electromagnéticas 5G, cada vez más masivas y responsables
de enfermedades inflamatorias en sistema respiratorio y cerebro, principalmente.
Los cientos de miles de muertes y los millones de afectados graves, provocados por las inyectables anti Covid, no existen.
La proliferación de cánceres, suicidios y enfermedades
mentales actuales no se niegan, pero se ignoran olímpicamente porque vivimos en los mundos
de Yupi.
El
terraplanismo me lo han explicado, pero no lo entiendo. Ello no impide que
mantenga mi mente abierta a una perspectiva dimensional que no alcanzo a
comprender por el momento.
La
disminución global de nacimientos no es casual sino provocada. No hace falta
ser catedrático para saber que el descenso de la natalidad en un 15%, tras una “vacunación”
masiva experimental, encierra una relación causa-efecto directa.
Y hablando de
vacunaciones, ¿no es bestial enfermar a la infancia desde el nacimiento hasta
la pubertad con 40 vacunas? ¿Nacemos con sistema inmunológico, o sólo es un
chiste? ¿Sin la farmacopea alopática es posible la vida?
¡Salvémonos
de los salvadores y volvamos a la vida natural!
¡Cultivemos el
sentido común y reflexionemos de vez en cuando, que ambas cosas no producen
daños cerebrales y nos pueden ayudar a salvar la dignidad y la vida!
Y que el
padre Simón siga con sus monsergas anti negacionistas, desde esa óptica satánica que rige el mundo actual, oficialmente correcta y perversamente exterminadora.
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