miércoles, 24 de enero de 2024

MEDICINA AL SERVICIO DE LA GUERRA SILENCIOSA 










































En este artículo no se mencionan los chemtrails, que sólo nos abandonaron un par de semanas durante las elecciones presidenciales en España. 

Los vertidos tóxicos desde el aire, financiados por el Gobierno, parecen inofensivos: estelas blancas que a casi nadie preocupan y a las que denominan "estelas de condensación" formadas por el vapor de agua. 




La gente rural sabe que están despareciendo los insectos poco a poco.
Garrapatas, cigarras, saltamontes, libélulas, abejas... han desaparecido completamente de nuestra finca comunal. No usamos pesticidas ni productos químicos de ninguna clase.

Apenas hemos visto golondrinas y vencejos este verano pasado, mientras que en años anteriores poblaban los cielos profusamente.

La crisis de las olivas ha reducido en los últimos cuatro años la producción de nuestros 60 olivos progresivamente hasta llegar a cero este pasado otoño.




Las voces que clamamos en este desierto de la desinformación, les alertamos de que nos están desertizando y diezmando utilizando vacunas, radiaciones, chemtrails y control mental.






El recurso de culpar de sus crímenes a los virus; al falso cambio climático (que provocan directamente los Gobiernos); y a los "malditos" extraterrestres (cuando no les queden mejores mentiras), denuncia palpablemente a todas las instituciones estatales vendidas a la agenda eugenésica 2030 de la Élite Oscura.  

Abrir la mente, buscar la verdad, reflexionar y comunicar nuestra experiencia... no me parece un camino de perdición. Además, es un derecho, no un delito.





No tiene nada que ver con lo anterior pero transmito un detalle histórico curioso del que me encantaría conocer el porqué.






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