jueves, 12 de noviembre de 2020

 

EL  COLECCIONISMO

 

   A todas luces, es completamente absurdo dedicarse al coleccionismo. Las fotografías de un viejo álbum lo demuestran a la perfección.             

   Tantos rostros y lugares reunidos en el álbum o en una vieja caja, se van desdibujando mientras pierden color y se llenan de polvo. Al mismo tiempo, los acontecimientos que pretenden evocar se diluyen inexorablemente en el olvido.                 

   El coleccionista se enorgullece de sus adquisiciones como si fueran trofeos. Cuanto más exclusivo es el objeto, más se ufana el coleccionista. Neruda dijo que no todos los objetos se obtienen legalmente: “Habrá que perdonar al coleccionista su desmedido afán de posesión, ya que el tiempo le arrebatará todo como castigo”.

   Algunos coleccionistas, al ver crecer desordenados o mal cuidados sus tesoros, toman conciencia de su error, pero desgraciadamente casi ninguno sabe cómo liberarse de mamotretos y cachivaches que sólo aceptará otro coleccionista más loco que ellos. Querrán venderlos para recuperar parte de lo gastado, pero apenas se desharán de lo más interesante en humillantes regateos.

   Los coleccionistas a lo grande: motos, coches, joyas, cuadros o esculturas… pueden, con suerte, obtener beneficios y no verán sus colecciones convertirse en polvo, sino que conseguirán un sitio privilegiado en un museo, siempre que se espabilen y eviten que sus herederos lo malvendan todo.

   El coleccionista antes o después comprobará, para su desgracia, que su colección o colecciones se convertirán en él mismo…  y que, ineludiblemente, forma parte de una extraña colección que no piensa prescindir de él: la colección de los maniáticos coleccionistas.

5 comentarios:

  1. Sin embargo, amigo Pedro, si lo que coleccionas son palabras de amor, gratitud, humildad y empatía, y te encargas de ir transmitiéndolas a las gentes por voz, pluma o teclado, entonces la cosa puede que no ser tan lúgubre. Un abrazo.

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  2. Touché.

    Mis colecciones son más prosaicas y me miran pensando "¿quién nos querrá cuando te vayas?"

    Estos úiltimos días he estado encolando los lomos de los libros viejos y reforrando aquellos cuyo plástico se había "quemado" por los bordes o estaba viejo o defectuoso.

    Vídeojuegos y DVDs de películas han ido a parar a altillos o armarios, por no tirarlos a la basura como tuve que hacer con videos y cintas de casete.

    De una u otra forma, todos somos coleccionistas, más aún si creemos en la reencarnación.

    Un abrazo, Fili.

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  3. Creo que todos hemos coleccionado algo. Yo sellos, vitolas, dvds, cds postales... Creo que la mejor colección es tener buenos amigos. Esa colección no sólo depende de ti. Hace falta que los otros también te acepten y te quieran como amigo. Esa merece la pena y no ocupa sitio.
    Aunque sólo te he visto una vez yo te tengo como amigo.
    Un abrazo

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  4. No paro de darte las gracias, pero es que no me queda otro remedio.
    Puedes considerarme tu amigo igualmente, no voy a ser menos, carajos.
    Además de la simpatía que nos inspiramos mutuamente, creo que nos une una visión abierta, positiva y poética en nuestra existencia con clara voluntad de supervivientes.
    Eso sin contar que tu pueblo lo conocí con 8 y 9 años.

    Un fuerte abrazo.

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