martes, 10 de noviembre de 2020

 

PROYECTO ABYECTO

 

   Escrutaba el tupido ambiente vespertino del local con flagrante perspicacia. Divisó un sinnúmero de vacantes tertulianos. Sin incidentes reseñables transcurría la animada velada del pub aquel fin de semana.

   Pau fracasaba ostensiblemente en su maniaco plan de selección de un asesino. Precisaba de un torcido carácter, una descentrada personalidad, un desequilibrado encubierto.

   Estaba a punto de investigar otros locales alternativos cuando escuchó una tórrida sucesión de improperios que una mujer alterada dedicaba a un menda que mantenía el tipo con una sonrisa sarcástica, amargada.

   Le acechó paciente hasta que, zumbado por el pribe, el tipo encauzó sus torpes pasos al exterior del pub sin mediar de su parte despedida alguna a nadie.

   Encarándolo fuera le espetó directamente:

-Tengo una oferta para ti, si te interesa.

-Sin rodeos, que estoy mamado.

-He visto tu episodio con la zorra. 300 dólares por secuestrarla.

-Estás peor que yo, chalado.

-¿No te interesa, al menos, conocer el intríngulis de esta oportunidad?

-Creo que no.

-Podíamos quedar aquí mañana o cuando te venga bien.

-No gracias, puede que sea un cabroncete, vicioso y borrachuzo, pero hasta ahí. Acuéstate con otro.

   Pau se quedó rumiando el personaje, frustrado por la cordura del paisano, a pesar de la cocida que llevaba.

    Reflexionó sobre sus propósitos maniqueos, encontrándolos imperativos para reflejar mordazmente el mundo, mediante la adecuada proyección de su cerebro contorsionista.

   Cualquier malabarismo abstracto exige un ejercicio de dudosa credibilidad, un fracaso que no le interesaba. Necesitaba realismo, tocar llaga, pus, sangre, lo que fuera. Pero por otra parte, carecía de motivación y valor para ejecutar él mismo un acto poderoso.

   Falto de fe se suicidó lenta y concienzudamente durante sus siguientes 30 años.         

6 comentarios:

  1. Al tal Pau le vendrá de cojones la regularización próxima de la eutanasia. No tendría que esperar treinta años de sinvivir. Un abrazo, Pedro.

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  2. La anécdota es del todo ficticia, un ejercicio de redacción pretencioso y algo estúpido. El tal Pau sería un alter ego mío de poca calidad.
    Lo escribí hace muchas décadas.

    Gracias por tu comentario y felicitaciones por tus 68 nuevecitos.

    Un abrazo.

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  3. Un escrito imaginativo y con hechuras de novela de misterio. Engancha y eso en la escritura, ya es un gran mérito amigo Pedro.
    Hoy estamos mustios por el virus, y con las meninges secas intentamos descubrir lo que de bueno se esconde en la parada del metro, o en la cola del supermercado: ¡Señor, perdone, el desinfectante!
    Perimetrados, solo podemos ir hasta donde la próstata nos permite contando el camino de ida y vuelta. O sea, hasta la esquina.
    Con todos los bares cerrados, y prohibida la entrada al aseo: También llamado retrete, urinario, water o excusado, los yayos nos encontramos dos veces confinados.
    Un abrazo amigo Pedro.

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  4. Amigo Juan, sigo pensando que eres un buen escritor desaprovechado.
    Este relato que nos acabas de hacer sobre el confinamiento es a la vez breve y espléndido.
    Márcate un relato un poco más largo y lo publicamos en este blog, porfa.

    Un abrazo, colega.

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  5. Pedro tienes imaginación caliente, un tanto misteriosa con toques de morbo. La verdad es que atrae y te anima a seguir leyendo.
    Un abrazo

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  6. Por algo me consideraron en alguna ocasión extraterrestre.
    Este relato se basa en que la escritura necesita de vivencias personales interesantes para los demás.
    Dibujo en el relato, extrapolando exageradamente la situación hasta la psicosis, mi fracaso personal como escritor por falta de audacia y de fe.

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