LA VIDA ES
UNA LUCHA QUE REQUIERE VALOR Y ENERGÍA
Hasta la
fecha, me he centrado en la denuncia de las mentiras oficiales, la manipulación
y las coacciones antidemocráticas para controlarnos y dominarnos.
Voy a
intentar ofrecer mis percepciones personales con ánimo positivo, “vacunándome”
yo primero en la Verdad y el Amor.
Este
coronavirus se asemeja a otros coronavirus, como el del Sida, de tipo
autoinmune. Es decir, que ataca a nuestro sistema defensivo natural. ¿Por qué? ¿Qué
le hemos hecho nosotros para que nos ataque implacablemente?
Como el
temor, la duda y la depresión también nos bajan las defensas, deberíamos
plantearnos actuaciones acordes con la confianza, la alegría y la fe en la
victoria contra todo mal, desde la autoconsciencia y el amor universal.
Lo primero
que se me ocurre, es que debemos volver a RESPIRAR con amplitud, con amor a la
VIDA, de la que formamos parte.
La
respiración consciente, que se practica en Yoga y otras disciplinas similares, está
muy bien. Propongo algo más sencillo y maravilloso: salir, lo más posible, a
respirar en las pinedas, bosques y parques que nos rodeen. Un paseo en compañía
de seres queridos, disfrutando de aire bien oxigenado, paisajes naturales y
horizontes abiertos, durante una o dos horas seguidas, favorecerá a nuestros
pulmones, mente y espíritu.
Quienes han
realizado el camino de Santiago completo, o etapas del mismo, conocen los extraordinarios
beneficios energéticos y de liberación de toxinas y malos humores que proporciona
ANDAR Y RESPIRAR sin restricciones ni preocupaciones al aire libre.
Lo segundo
que recomiendo es reducir la obsesión por las noticias alarmantes de TV, bajar un
poco la ingesta de alimentos y aumentar en cambio la bebida de agua potable.
La ansiedad
que nos lleva a comer a deshoras y en exceso, debemos “disolverla” con
ocupaciones físicas, artísticas, comunicación amable y meditación, sobre todo si
no tenemos trabajo. Y en caso de estar aislados y con dificultades para la
acción, recurrir al agua y a la fruta principalmente para calmarnos.
Lo tercero,
es mantener la mente alerta y abierta para discernir lo saludable de lo insano
y así evitar lo nocivo e improductivo de lo útil y encomiable: si eres lector,
elige buenas lecturas; si te gusta dialogar, escucha atentamente a tu
interlocutor sin juzgarle; si te gusta relacionarte, busca relaciones que te
estimulen positivamente y evita las tóxicas…
Las vacunas
se basan en el miedo a la enfermedad antes de que nos suceda, se basan en la
falta de confianza en nosotros mismos y en nuestra relación con la VIDA. Son la
expresión de una derrota admitida anticipadamente por falta de fe en nuestros
recursos y valores vitales.
Hoy mismo he
escuchado que en una residencia de ancianos, que llevaban sin Covid todo el
tiempo de la Plandemia, se vacunaron recientemente, (no sé bien si de gripe o Covid, lo
siento), y murieron todos en pocos días. Se considera una casualidad. La
aparición del Covid tras la radiación masiva de la atmósfera con ondas
electromagnéticas del 5G, otra casualidad. (Bélgica y Suiza han paralizado las emisiones
de las antenas 5G completamente porque recelan de las casualidades).
Esta época
convulsa, plagada de despropósitos, mentiras, desigualdad y crisis, nos invita
a reflexionar y recobrar la fe en la madre Naturaleza y en nuestra propia
humanidad, cuyos valores supremos son la CONCIENCIA y el AMOR.
“No convé
que diguem el nom
del qui ens
pensa mes enllà de la nostra por…
Escolta, Sepharad:
els homes no poden ser
si no són
lliures.
Que sàpiga
Sepharad que no podrem mai ser
si no som lliures”
Salvador Espriu
(No conviene
que digamos el nombre de quien nos piensa más allá de nuestro miedo… Escucha,
Sepharad: los hombres no pueden ser si no son libres. Que sepas Sepharad que jamás
podremos ser si no somos libres).
“Los hombres
libres no necesitan que los liberten.
Los hombres
libres se libertan solos.”
(Cita anónima
por deterioro de mi memoria)
Buen ánimo y
coraje, ojos abiertos y mente atenta, y sobre todo confianza y amistad sincera. Un
abrazo de todo corazón, creáis lo que creáis.
Amigo Pedro: año nuevo, vida nueva. No sé si lo lograré, pero me he propuesto atender solamente aquellos mensajes positivos que tengan por objetivo el acercamiento de posturas. De manera que seguiré leyéndote con sumo gusto, pero no entraré al trapo de tus "verdades". Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra saber que ambos buscamos fundamentarnos en valores positivos.
ResponderEliminarYo no tengo ninguna verdad, sino dudas terribles e información que causa espanto.
El espanto me lo crean determinadas actuaciones humanas que aparecen fantasmagóricamente tras el careto virulento de esta CRISIS... y la impunidad de las barbaries políticas, médicas y periodísticas.
Algunas son tan espantosas que evito comentarlas en mi blog o en comentarios del tuyo.
Por lo demás, me alegro que sigamos vivos y nos comuniquemos con respeto y amistad.
Abrazo agradecido.
Todos albergamos dudas, es natural. Y la información, por excesiva que sea, no es igual a conocimiento. Yo me atrevo a recomendar prudencia. Salud y amistad.
ResponderEliminarPor si te interesa, la doctora Cony Alexander, goebióloga de la medicina del Hábitat habla de como la electricidad y el electromagnetismo nos afectan, en la entrevista de un video de Claudia González.
ResponderEliminarSe nos ofrece ahí una lección muy interesante que incluye, las líneas Hartman, los aparatos eléctricos caseros, los móviles, las antenas 4G y 5G... de forma aséptica y clara.
Siempre estamos a tiempo de aprender. En este caso, la información no es excesiva sino adecuada para comprender el mundo en el que nos movemos, y para contrarrestar algunos efectos nocivos de la contaminación electromagnética.
Salud y amistad me gusta. Gracias. También para ti.
Escribí mal geobióloga, la dislexia ataca de nuevo.
ResponderEliminarEs cierto amigo Pedro, que los excesos cometidos contra la Naturaleza los estamos pagando con el daño a nuestra salud.
ResponderEliminarDesde pequeños el cuerpo sufre el acoso del humo de los motores y lo pagamos con bronquitis. Pero también hay muchos otros excesos que nos intoxican el cuerpo, la mente y el bolsillo a lo largo de la vida.
En ese Camino de Santiago andamos desde que nacemos, y cuando besamos el busto del Santo, deberíamos sacar en conclusión que en esta vida efímera, deberíamos ser honestos e inteligentes para poner en práctica con responsabilidad todo lo aprendido.
Un abrazo amigo Pedro
Pedro muchas gracias por tus buenos y acertados consejos. Me encantaría poder continuar con el Camino de Santiago pero ya sabes que en este 2020 ha sido imposible, máxime en el plan de estancia en albergues, que nos propusimos mi hija y yo. Ojalá en este nuevo año podamos completar otros 200 kilómetros y rematar el próximo año.
ResponderEliminarRecibe un fuerte y cordial abrazo.
Querido Juan, tienes más razón que un santo. Inocentes como palomas.
ResponderEliminarPero no podemos olvidar el: ..."y astutos como serpientes", que esto no es el paraíso terrenal y siempre han existido los que pretenden someter y explotar a sus semejantes.
Un gran abrazo, Juan, con todo cariño.
Querido Manuel:
Lo tenéis muy crudo, pero a lo mejor este verano aflojan un poco las medidas de control tan extremadas.
Ahora mismo las autoridades, que comprueban que no las tienen todas consigo, recurren a multas y cárcel para sentar autoritariamente su perversa autoridad.
Esperemos tiempos mejores en los que nos envíes fotos de Ana María y tú en el Camino de Santiago sin pandemio ni na.
Al escribir lo del Camino de Santiago pensaba en ti, como compruebo has intuido.
La salud la da la vida natural sana, la alegría y las relaciones amorosas. Lo demás son remedos dudosos y, a veces, caros.
Un fuerte abrazo y un beso para Manuela y otro para Ana María.
Gracias por tus consejos. Es cierto la vida es una lucha que requiere valor y energía que yo la traduzco por ánimo y esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Pedro
Fernando, la soledad favorece la reflexión.
ResponderEliminarHoy mismo he sentido el abismo de mi propia vida, entre aquella infancia rural sin aparatos y la actual, continuamente conectado a la tele, el ordenador...
Y he echado de menos aquella vida sencilla y natural. Hoy lo tengo todo menos lo que me hacía sentir bien.
Un abrazo fraternal, Fernando.