miércoles, 3 de febrero de 2021

 

EL TELESANTUARIO DE LA FE Y LOS CREYENTES TELEFELIGRESES 

(Artículo impío de un obispo ateo, que a la deriva me lleva)

 

En una conversación con mi hermano, esta misma mañana, me decía que yo dividía a los demás en borregos como él mismo y en listos como yo.

He abandonado esa y cualquier otra descalificación de mis semejantes. Pero, siguiendo la discusión fraterna, hemos llegado a concretar, para entendernos, los términos de "teleinformados" e "informados alternativos".

Como ejemplo de telefeligreses, (permitidme este recurso literario), pondré a mi suegra, quien hace un cuarto de hora le decía a mi mujer que afortunadamente este año no hay ni un solo caso de gripe. (Sic).

Concibiendo, como informado alternativo, que existe una pandemia de despropósitos médicos, políticos y periodísticos de proporciones siderales, escribo este artículo para dar una oportunidad a quienes albergan dudas razonables sobre las orientaciones de la santísima Teleiglesia, para que examinen sus dogmas a la luz de la razón.

Aquí, los incautos lectores, que inadvertidamente se hayan interesado por las razones de mi postura, van a toparse con una alucinante constatación: no voy a regalarles las pruebas, no voy a demostrarles nada, ni me voy a molestar en denunciar los dogmas irracionales de su Teleiglesia.

¿Entonces qué?

Pues, primero confesar que me siento incapaz de sufrir el martirio que han sufrido y siguen sufriendo los apóstatas de la dogmapropaganda oficial.

Además, mis energías no alcanzan a desarrollar una explicación capaz de desenmascarar al Teledios de la verdad única, ente tan poderoso que jueces, medios de comunicación, políticos y estamento sanitario se inclinan serviles a sus pies sin dubitaciones.

El Papa Francisco decía que los pecadores tienen solución, porque se pueden arrepentir, pero que los corruptos no la tienen porque han elegido el vicio y el mal concienzudamente y no por debilidad.

A los contumaces teletalibanes de la Teleiglesia no se les puede ayudar. Allá ellos.

A quienes aún creen que la Verdad nos hará libres y que la lucha por la Justicia tiene sentido, les ofrezco una digna salida de la Telemátrix.

Cuesta 4 €. Está en los quioscos y se puede comprar sin chantajear o sobornar al quiosquero, pues no es ilegal ni blasfema, sino científica y mentalmente saludable.

Se la conoce como Discovery DSalud, la revista.

Si os la niegan, decid que vais de mi parte y que no estoy para bromas.

Recomiendo que la adquiráis bravamente, sin consultar siquiera a los telepredicadores, con un par.

Bueno, y ya que la compráis leedla sin contemplaciones de cabo a rabo. 

Los supervivientes ingresarán automáticamente en "informados alternativos" y seguramente olvidarán los siguientes teleconsejos de la Teleiglesia corrupta:

VACÚNATE, VACÚNALE, VACÚNALOS.

¡Que la fuerza os acompañe! La empresa no es nada fácil. A mí me falta todavía media revista por leer. ¡Uf!

6 comentarios:

  1. La paranoia que no cesa, oye. Eres seguido e intenso, eh Pedro...
    Te diré que existen otras varias categorías del conocimiento fueraparte de los teleinformados y los informados alternativos: los autodidactas, los científicos, los librepensadores, los profesionales de otras disciplinas... Veo que para ti la luz de la razón sólo puede brillar en las luminarias de los informados alternativos, los illuminati". La verdad única no reside en la teleiglesia, sino en tu mente privilegiada.
    Me complace, no obstante, saber que puedo contar con un alaido en la persona de tu hermano.
    Un abrazo, cascarrabias.

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  2. Aliado, quise decir, en alusión a tu hermano.

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  3. He esperado ansiosamente tu comentario.
    Vengo de hablar, discutir, llámale X, casi dos horas con mi hermano, paseando por el campo.
    Mi "mente privilegiada" no cesa de sugeriros que ampliéis vuestra información hasta igualarme y, Dios lo permita, superarme.
    Lamento que os cerréis en banda y os "neguéis" a considerar otros puntos de vista que no sean el egregor oficial.
    En un alarde de confianza, ya que me achacáis complejo de superioridad o inferioridad encubierta, os veo a Edu y a ti, cobardicas, acomodaticios y algo pasotas.
    Ambos sois de sobra inteligentes y leídos (cultos).

    Vuestro lema parece ser: "Vivo bien gracias al sistema social al que pertenezco. ¿Qué coño tengo nada que cuestionar, salvo que toque mis intereses personales?".

    Ah, y la Verdad no me pertenece a mí ni pertenece a nadie, pero supongo que están más cerca de ella los buscadores sin prejuicios que se esfuerzan por merecerla, entre los cuales humildemente me gustaria encontrarme.

    Un abrazo bro, y gracias por tu comentario, sin el cual no me esforzaria en aclararme a mí mismo mis creencias.

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  4. Eres un caso. Perdido, pero un caso. Jajaja. En lo que a mí respecta, llevas parte de razón. De siempre he sido un hombre confiado y acomodado en mi zona de confort, que se dice ahora. Sí. Aborrezco, no obstante, la falsedad y la indecencia. Por eso, estoy contigo en la crítica a un sistema político y económico que no conoce escrúpulos morales otros que no sean su propio beneficio. Pero me he dedicado toda mi vida a ayudar a la gente a través de mi disposición positiva y por medio de la Ciencia. No me pidas que abdique de lo que ha sido mi vida entera. Imposible. Un abrazo.

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  5. Me conformaría con que echaras un vistazo a la última revista de Discovery DSalud, sin prejuicios.
    No soy quien para juzgarte y el libre albedrío nos lo han concedido los dioses a todos los humanos por igual.
    Nunca he dudado de tu impecable y honesta trayectoria médica.
    Seguro que hasta ha sido más honorable que la mía, que he llevado con la máxima dignidad humana que me han permitido mis defectos y limitaciones.
    Quizás te preguntes por qué soy tan obcecado anti vacunas. Me han puesto cuatro. Segura, la del tétanos, probables la del tifus y la viruela y la cuarta no sé cual sería.
    Estudiando acupuntura (cuatro años en la escuela de Tien), aprendimos algo sobre el sistema inmunitario y el enfoque holístico de la persona enferma. La visión clásica de síntomas y remedios se me fue a tomar por c.
    La enfermedad proviene de un error espiritual o vicio, que lleva a desequilibrios energéticos que causan enfermedad funcional (la persona acusa malestar, falta de energía, etc.), y finalmente, si no se corrige el desequilibrio, aparece la enfermedad física en el órgano u órganos más débiles del individuo.
    Los fármacos no solucionan la crisis de salud, sino que la esconden en el tejido conectivo, caso evidente de los antibióticos.
    Las vacunas manipulan el sistema inmunitario, debilitándolo.
    No sigo, que me estoy dirigiendo a un médico experimentado y mis nociones provienen sólo de la acupuntura que estudié.
    Las vacunas actuales para el Covid, desgraciadamente, no son la maravilla que nos vendieron en un principio.
    Tengo noticia de muertes entre pocas horas y unos cuantos días de personas mayores de diversos países que se vacunaron de Covid. La OMS no recomiendo vacunar a los mayores de 65 años por el mayor riesgo evidente de los efectos secundarios, pero la política irresponsable de vacunación en España hace exactamente lo contrario.
    Que yo esté indignado da igual, pero que tú no lo estés me cuesta mucho creerlo.
    Una vez más te agradezco que compartas tu opinión y te animo a que investigues las falsedades e indecencias que el contubernio político-médico está llevando a cabo.
    Con todo mi afecto, un abrazo.

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  6. Lo dejamos aquí. Muy bien. Un abrazo, amigo.

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