jueves, 20 de abril de 2023

CÓRDOBA, HORNACHUELOS. 

VIAJE Y REUNIÓN

 

Este relato-crónica de un viaje y un encuentro multitudinario me lo planteo desde la máxima sencillez y naturalidad, evitando pormenores farragosos y florituras literarias. Iré al grano, que hoy prima la imagen sobre la palabra escrita y predominan la prisa y la atención volátil por el impacto de tantos canales televisivos e Internet en móviles y demás aparatos tecnológicos de comunicaciones.

El viaje lo emprendimos Mónica y yo saliendo de Mutxamel (Alicante) en nuestro Nissan Micra del 2003, en dirección a Córdoba, tal día como el 14 de abril de 2023, a las 10:30 aproximadamente.

Nuestro plan, previamente concertado, incluía alojarnos en el hotel Averroes de Córdoba, donde ya teníamos reservada una habitación para las noches del viernes, 14 y el sábado 15.

Los planes de viajar con nuestro amigo Rafael Ruiz-Ruano, dispuesto a recogernos en la puerta de nuestra casa y retornarnos a ella cinco días después, no le gustaban a Mónica.

El encuentro de antiguos seminaristas de Santa Mª de los Ángeles en Hornachuelos, (ingresados allí en los años 1963-64 básicamente), carecía de interés personal para ella. De todos modos, prefería acompañarme a quedarse sola en casa una semana.

Nuestro amigo Rafael Ruiz-Ruano vive en Gerona pero es oriundo de Priego de Córdoba. Habíamos pasado juntos el día 12 comiendo en el LIDU y jugando al ajedrez, (3-2 me ganó Rafael), acompañados también por otro ex-seminarista cordobés, Miguel López Navarro, (residente en Elx), que por complicaciones de salud decidió renunciar finalmente al evento de Hornachuelos.

Las opciones de acudir a Córdoba con Rafael y volver a Alicante en tren, (mientras él se quedaba unos días en Priego con familiares y amigos), o la opción de viajar Mónica y yo en tren tanto de ida a Córdoba, como de vuelta a Alicante, quedaron truncadas por la imposibilidad de obtener billetes de RENFE para esas fechas.

Resueltos a viajar en nuestro coche, consultamos el tema del hotel a Miguel. Nos recomendó el Averroes, que ofrecía una única habitación doble los días 14 y 15. Nos apuntamos también al viaje contratado por Andrés Osado para cubrir el trayecto entre Córdoba y nuestro ya antiguo seminario de Hornachuelos (ida y vuelta 15€ por persona) en microbús. El precio de la comida en “La cañada verde”, a unos km. de Hornachuelos, (a elegir carne o pescado), también era de 15€.

A Rafael, vía telefónica, le agradecimos su amable ofrecimiento de llevarnos en su coche y le reiteramos la invitación a pernoctar en nuestra casa, aunque no viajáramos con él. Al final, cada cual haría su propio viaje y nos encontraríamos en Santa María de los Ángeles. Debo aclarar que los ex seminaristas seríamos unos 50, pero el grupo alcanzaba los 110 (más o menos), debido al acompañamiento de esposas y otros familiares.

Del viaje en nuestro coche a Córdoba, sólo voy a reseñar que en las dos paradas realizadas, a tomar una cerveza en la primera y a comer en la segunda, le mandamos a Manuel Jurado unos mensajitos por whatsapp, con las incidencias del viaje. En el primer mensaje le hicimos partícipe de una serie de tumbos en bucle que dimos al entrar en una vía de servicio buscando un área de descanso.

El tontón fue inútil para encontrar la salida del laberinto. Un hombre nos indicó la salida correcta, explicándonos que en varias ocasiones había pedido a los encargados de la autovía que señalizaran bien las entradas y salidas en aquel lugar, ya que no éramos los primeros viajeros desorientados.

Cuando viajábamos por la autovía de Andalucía tomamos una salida hacia Córdoba por carretera nacional. Poco tráfico, al contrario que el tramo Alicante-Murcia plagado de turismos y camiones, y segunda parada para hacer una buena comida (calamares a la romana para Mónica y sepia asada para mí, con patatas fritas ambos platos, y una ensalada compartida).

El camarero nos felicitó por escoger esa ruta, más corta en 52 km. y más paisajística que la autovía 45. Único problema los dos tractores que redujeron durante unos km. nuestra velocidad por el complicado adelantamiento entre tanta curva.

Al entrar en la ciudad de Córdoba descubrimos algunos aparcamientos libres en la Av. de Granada junto a la plaza de Andalucía. Al no aclararnos bien con el “tontón”, optamos por dejar el coche allí y buscar el Hotel Averroes a pie.

Nos dijo un joven, mientras esperábamos en un semáforo, que estábamos bastante lejos del hotel. Pero dar un paseo, cargados con los bultos, nos pareció preferible a dar vueltas con el coche sin encontrar aparcamiento.

Tras recorrer un buen trecho, preguntamos a una distinguida señora por el hotel Averroes y nos indicó la dirección al puente romano, para atravesarlo y seguir el paseo junto al río torciendo a la derecha. Era un camino más largo, nos dijo, pero más interesante por las vistas y entorno. Le dimos las gracias y nos dirigimos hacia el otro puente para llegar antes al hotel, soltar los bultos y quitarnos el sudor y calor acumulados. Las vistas turísticas del río ya las conocíamos de otros viajes anteriores.

De nuevo, el tontón no nos ayudaba y nos sentimos algo perdidos, hasta que otro amable viandante nos orientó correcta y definitivamente. En ese momento nos encontrábamos cerca del nuevo estadio de fútbol de “El Arcángel”.

Al presentarnos en el hotel, la recepcionista nos pidió los carnets de identidad. Le pregunté si me hubieran aceptado el carnet caducado, que renové un día antes de emprender el viaje.

-A nosotros nos da igual si está caducado o no.

-¿Tenemos pagado ya el alojamiento?

-Sí, ¿para qué si no les pedimos el número de cuenta al hacer la reserva por Internet? (247€)

Rafael había bromeado conmigo antes de actualizar el DNI diciéndome que si no me lo renovaba no me admitirían en el hotel. (De todos modos, nos han exigido el DNI vigente al hacer la declaración de la renta por Internet).

Al recibir la llave de la 123 y el mando de la tele, pregunté en plan cateto:

-¿Podemos llevarnos la llave cuando salgamos del hotel?

-Y el mando a distancia, si ustedes quieren, siempre que no los pierdan. Pero también pueden dejar la llave aquí en recepción cuando salgan.

-Gracias.

En la habitación, mientras Mónica sacaba la ropa de ambos, sus cremas y demás enseres femeninos, me pegué un duchazo para quitarme el sofoco que traía de cargar casi todo el tiempo los bártulos mientras Mónica consultaba infructuosamente el “tontón”.

Luego consideré imponderable saludar a José Antonio Naz y a su mujer, Carmen.

José Antonio estaba fuera, en una entrevista de la radio sobre escuela laica, y quedó en llamarnos al llegar a casa, invitándonos a tomar algo allí mismo o salir a algún sitio de la citi. Quedamos en vernos en su casa, donde fuimos acogidos con afecto y nos ofrecieron una cena improvisada, en la que no faltó de nada.

Antes de presentarnos en casa de José Antonio y Carmen recorrimos el Centro Comercial para conseguir unas plantillas, ya que mis sandalias me quedaban holgadas. Una de las nuevas plantillas de gel se me salía continuamente por el talón y un compañero ex seminarista llegó a advertirme en el patio del seminario que la estaba perdiendo. Mónica revisó los calzados del Aulet pero decidió que prefería algo de ropa. Tras las correspondientes vueltas y revueltas, que nunca se sabe cuando terminan, eligió una blusa azul con tenues rayas blancas.

-Pruébate un par de tallas.

-No hace falta.

-Yo creo que has elegido la estrecha. ¿Qué pierdes por asegurarte de la talla adecuada?

La espero sentado en zona de probadores.

-Tenías razón, la más grande de las dos es mi talla.

Ya en casa de nuestros amigos, José Antonio nos contó el grave problema imprevisto de salud que sufrió a causa de una “avería” en la aorta. Salvó la vida gracias a una operación de urgencia de nueve horas con inserción de una válvula metálica, tras valorar uno de los cirujanos, acertadamente, los extraños síntomas sobrevenidos, cuando ya le enviaban a casa. No es este el lugar de relatar toda la historia añadiendo probables inexactitudes.

Tras la operación ha quedado sujeto a tomar algunos medicamentos como el sintrón y la eparina, además de renunciar al alcohol, pero no ha perdido su inteligencia política ni la pasión por apoyar los esfuerzos de su partido en los objetivos laborales y sociales programados, actuando como coordinador.

Carmen se presentará a las elecciones municipales como número dos de su partido. ¡Ojalá todos los políticos estuvieran hechos de la excepcional madera de esta comprometida y bien avenida pareja!

En la sobremesa comentamos algunas actuaciones controvertidas de UNIDAS PODEMOS y las conspiraciones políticas de los otros partidos, así como de los jueces, contra UNIDAS PODEMOS. Arreglando España, concluimos que la indolencia acomodaticia y el desinterés por la política lastran las mejores opciones sociales y democráticas del país.

Nos ofrecieron acompañarles en su híbrido casi todoterreno a la reunión, en vez de tomar uno de los 3 microbuses contratados por Andrés Osado. Tardamos una interminable millonésima de segundo en aceptar su amable propuesta.

Entonces, mensajito a Manuel Jurado para avisar a Andrés que no nos esperaran. Pero, mientras desayunábamos en casa de Carmen y José Antonio al día siguiente, nos llama Miguel desde Elx diciéndonos que Andrés está preocupado con nuestra tardanza estando el microbús listo para partir. Algo no funcionó en las comunicaciones, tal vez porque Andrés llevaba demasiadas preocupaciones con la movida, pero, una vez resuelto por Miguel el nudo gordiano, todo siguió su curso: los autobuses partieron y nosotros también, tras el desayuno, en el híbrido de nuestros amigos.

Departiendo amistosamente con nuestros amigos en su coche, llegamos con mínimas desorientaciones, (¡estos “tontones” no cachirulan siempre como esperamos!), al Llano del Pozo, donde la mayoría de coches particulares aparcaríamos. 

Primeros saludos al Fili y a Antonio Luna que nos reciben cariñosamente. Fili me comunica que tiene un regalo para mí, que me dará más tarde para no llamar la atención de otros compañeros. Se trata de su último libro publicado “En la sala de espera”.

Emprendimos a continuación el camino hacia el seminario a pie, camino bordeado por una frondosa y primaveral vegetación. Ese paseo con su leve pendiente hacia abajo sería lo más placentero del encuentro para mí. Creo que para Mónica también.





Mientras nos aproximábamos al edificio reformado de nuestro antiguo internado, Fili y yo revisamos nuestros dispares puntos de vista sobre la plandemia. Me expresó su pasión y disfrute con el golf. Por 5€ diarios juega cada día a sus anchas, mejorando poco a poco su juego. Le confieso mi envidia, ya que, aparte de algunas partidas de minigolf, soy un viejo jugador de golf de videoconsola. También se muestra optimista y considera superado su cáncer de próstata.

Al tomar la última curva apercibió a Mónica de la majestuosa presencia del Bembézar.




-Y tú, ¿cómo aguantas a un charlatán tan loco como Pedro? –pregunta Fili a continuación.

-Es que yo también estoy muy loca –zanja el tema Mónica.  

El edificio principal, que incluye fachada, pórtico, patio interior, capilla, comedor y dependencias afines (nuestras antiguas clases) junto al pasillo porticado, está reformado y blanqueado. No obstante, el segundo y tercer piso, cuya libre visita se nos permite, siguen en semi ruinas.







Luego, en el patio del seminario saludo a Agustín “el añoro” y a su mujer. A Mateo Calero le doy el pésame por la pérdida de su hija y me devuelve un abrazo emocionado. 

Tras algunos saludos entre unos y otros, se nos reclama a general concurrencia en la capilla. Antonio Luna nos dirige un discurso de bienvenida y plantea la necesidad de tomar responsabilidad para los siguientes encuentros generales del grupo recordándonos su presencia como organizador en 18 reuniones anteriores, comenzadas en casa de Fili con un pequeño grupo de amigos. Nadie se ofrece, pero mientras redacto esta crónica Miguel me hace saber que Fili asumió la organización del siguiente encuentro en Antequera.




Tras algunas bromas de un compañero que toma la palabra, nos dirigimos a la imagen de la Virgen en la hornacina, (el retablo está en una iglesia cordobesa trasladado por Pedro Soldado), cantando armoniosamente el “Salve Regina”. 

Al terminar el canto coral, iniciado por Rafael Vilas, me vuelvo hacia Manuel Jurado y le comento: “Sorprendentemente, me he acordado de casi toda la letra”, a lo que me contesta con una sonrisa de resignación.

Salimos de la capilla desperdigándonos en todas las direcciones. Se me ocurre ir a visitar el comedor reformado. Me acompañan algunos compañeros, sorprendidos como yo, por la súbita aparición de un fraile de larga barba blanca y túnica blanca que nos cierra alterado el paso.

El fraile nos amonesta llamándonos al respeto hacia quienes ahora viven allí, y nos pide que no les invadamos y nos marchemos inmediatamente.

Un compañero nuestro se disculpa y procura tranquilizarle. Le explica quiénes somos, pero al fraile sólo le interesa vernos desaparecer.

Por reconocer alguna vieja estancia, subimos a los pisos abandonados, con boquetes en las paredes e incluso con escombros. Los antiguos dormitorios, salón de estudio y otras dependencias del 2º y 3r piso se llenan de visitantes heterogéneos, entre quienes se encuentran algunos niños que animan con su curiosidad y movilidad la desastrosa visita.





Alguien comenta que por la parte de arriba se puede acceder a la zona de la piscina, añadiendo que sigue abandonada y sin reformar. Pierdo el interés por el edificio y me reúno de nuevo con Mónica para visitar la fuente de los tres caños. Nueva desilusión, pues nos advierten que queda un poco lejos y estamos a punto de salir hacia el restaurante.

Me tropiezo con Rafael Vilas, que está filmando todo el encuentro, y me permite desahogarme ante la cámara.

-Tú ya sabías a lo que venías.

-¡Yo qué voy a saber! Esperaba que tuviéramos tiempo de visitar el seminario y los alrededores.

José Antonio y Carmen nos dicen que van hacia su coche en el Llano del pozo y les seguimos.

-Pero no corráis tanto, que no os alcanzamos –les grito mientras me recoloco la plantilla.

-Vamos delante para ventilar un poco el coche.

Mónica y yo disfrutamos de nuevo el paseo forestal, esta vez solos y nos hacemos unas fotos.

En el siguiente capítulo de esta fluctuante historia, José Antonio, que quiere llegar al restaurante sin tragar el polvo de la comitiva, tropieza con varias dificultades para encontrarlo. El “tontón” nos conduce a una alquería solitaria. Nos detenemos entonces en la carretera para llamar a Manuel Jurado, al que comento la situación sin preguntarle la dirección precisada. Seguimos sin referencias hasta que José Antonio contacta con alguien que nos indica la orientación correcta: saliendo de Hornachuelos hacia Palma del Río.




Tras aparcar junto al restaurante, constatamos que ya se ha instalado en la barra del bar una parte de la marabunta. Asumo pagar unas cervezas para nuestros resecos gaznates y una botella de agua para Carmen, pero el camarero y camareras están desbordados. Varias veces me requiere las bebidas José Antonio con un poco de guasa, pero no hay manera.

Cuando por fin logro volver a hablar con el camarero le recuerdo que estoy esperando las bebidas un tanto presionado. Está sofocado pero me atiende con buen talante.

Mientras bebemos los primeros sorbos frescos descubro a Pablo Bosch en la barra con su mujer y su cuñada.

-¿Eres Pablo, el disidente? Yo soy Pedro, conspiranoico y anti vacunas radical.

-¡Hombre, qué alegría encontrar alguien despierto! Estoy en un grupo en el que hacemos proyecciones astrales y contactamos con algunos extraterrestres.

-¡Qué guay! Mi mujer contacta a través de los Registros Akhásicos con nuestros Guías de Luz, que nos están orientando y aconsejando desde hace casi cuatro años.

Me relata lo inútil de convencer a nadie, comenzando por la propia familia, para que no se vacune. Ya ni lo intenta. Y al hablar del CDS (hidróxido de cloro) me comenta que no es preciso tomarlo estando bien y que si se toma vitamina C conviene esperar dos horas antes de beber agua con CDS.

Le comento un video, que ya conoce, en el que se estudia la enorme influencia de la opinión del grupo sobre el individuo.

-Yo sigo editando contenidos contracorriente en mi blog para que la “riada” no se lleve a todos al “picadero” de las “vacunitas” y contrarrestar el Pensamiento Único.

Le presento a Mónica, y él nos presenta a su mujer y cuñada. Todos estamos entusiasmados por coincidir en la misma disidencia y despertar de la Consciencia. Se me ocurre comentar:

-Esto se parece al encuentro con el Dr. Livinstone, supongo.

Nos despedimos de momento para resolver los pormenores de sacar los tiques de comida y recoger las bandejas para los alimentos y bebida... y hacer la inevitable cola.

Con mi bandeja pertrechada de carne de venado, arroz meloso, macedonia y cerveza me siento en el lugar de la mesa que me han reservado mis amigos, después de dar varias vueltas por los recintos interiores y las terrazas exteriores completamente despistado.

A mi izquierda se ha sentado el cuñado de Manuel Jurado. Manuel se encuentra esquinado al fondo, pero se levanta un par de veces a darme unos achuchones cariñosos que no tienen precio.


(Foto de Manuel Jurado)

Terminado el ágape, y tras la sesión fotográfica del grupo de ex seminaristas, Antonio Estepa nos deleita con un texto humorístico de tres páginas, glosando la conveniencia de un invento suyo para auto localizarse el pene. Magistral. Luego, busco a Fili para recibir su libro dedicado.


(Foto de Manuel Jurado)

Somos cuatro los beneficiados. Le pregunto si ha gastado 1.000€ en la edición y me comenta que le han entregado 100 ejemplares por 700€. Aunque tiene pensado venderlos a 10€, la mitad acabará regalándolos. Fili es muy popular y tiene amigos por doquier.

Le agradezco el ejemplar con un par de abrazos y leo la dedicatoria:

“Para mi amigo y contertulio habitual Pedro Calle Ballesteros, alias “El Pandemio".

Hombre singular donde los haya, excelente conversador y contador de historias y reflexiones.

Espero disfrute de este libro escrito a pecho descubierto. Hornachuelos, 15 de abril de 2023”

Hace unos minutos he terminado de leer “La vieja sirena” de José Luis Sanpedro y ya tengo forrado el ejemplar de Fili. No hace falta indicar aquí mi próxima lectura.

Poco después nos dirigimos al coche de nuestros amigos. A punto de arrancar me acuerdo de Manuel y corro a buscarle para despedirme. Ya se ha marchado con su gente. Me despido entonces de Francisco Carrillo, pues al resto de compañeros apenas los conozco.

José Antonio y Carmen piensan preparar la casa para el encuentro con toda su familia al día siguiente, dos hijos, dos nueras y cuatro nietos. 

Nos dejan cerca de nuestro coche, ofreciéndonos una plaza de garaje si no conseguimos aparcar cerca de nuestro hotel. Nos despedimos agradecidos a su amistad intachable deseando que todo les vaya bien.

Una vez en nuestro coche, el “tontón” nos conduce directamente a los aparcamientos que buscamos, con la inmensa fortuna de encontrar una plaza que deja libre un coche en ese momento.

Queda mucha tarde y decidimos turistear la zona de la Mezquita y aledaños. Mónica desea volver a ver las calles del pañuelo y de las flores. Siguiendo las calles sinuosas y llenas de encanto cordobesas, voy haciendo fotos y hablando despreocupadamente con Mónica de la experiencia vivida. Inesperadamente acedemos a la plaza de la Corredera.











Enfilamos entonces hacia la Mezquita y erramos en la entrada a las calles buscadas. Hemos visto suficiente y decidimos regresar por la acera del río al Averroes. El río está espléndido y la zona animadísima de gente que llena acera y terrazas.







Ya en la habitación del hotel, con toda la fatiga acumulada, comprobamos haber andado unos 16.000 pasos ese día y renunciamos a bajar a cenar. Los frutos secos, regalo de Miguel “el torraor”, y la infusión de la artemisa anua, (cosecha de nuestra terraza), guardada en el termo, nos resultan más que suficientes.

El resto de la historia es simple y sin percances o peripecias reseñables. Salimos a las 9, siguiendo indicaciones “tontónicas”, por la autovía a Madrid, desviándonos dirección a Albacete, luego cambiamos a la autovía de Alicante por Villena y aterrizamos en casita a eso de las 3:30. 

Paramos dos veces: A desayunar a los 150 km. de la salida y a comer, tras los 200 siguientes km., con Mónica al volante. Adquirimos, entonces, una docena de “miguelitos” de crema y llenamos el depósito con gasoil extra para rematar a continuación los 150 km. que quedaban, sentado yo al volante.

Ya en casa, mandamos un whatsapp a Manuel Jurado con un par de fotos, al que contesta: “¡Guapoos”! y nos envía dos fotitos.

Comentamos que ha valido la pena el viaje, aunque la visita al seminario, ahora convento, y zonas aledañas haya resultado un verdadero fiasco.

Yo tenía ilusión por curiosear las reformas del edificio principal del seminario y pasear los alrededores, pero nos ha dejado un agradable sabor el resto de la experiencia: el camino desde y hacia el Llano del pozo; la amistad intachable de José Antonio y Carmen, Manuel Jurado y Manuela; las amistosas conversaciones con los amigos: Fili, Antonio Luna, Rafael Ruiz-Ruano, Rafael Vilas, Pacomo y Pablo Bosch con sus dos acompañantes, que pernoctaban en el mismo Hornachuelos con excelente criterio; y finalmente el callejeo por la capital y el estupendo viaje de vuelta.

Doy gracias a todos los implicados en esta insólita experiencia, dado lo caseros que somos, reconociendo a Manuel Jurado como máximo animador e impulsor capaz de sacarnos de nuestra zona de confort.

Ya he sujetado las plantillas de las sandalias con fixo de dos caras. Gastos globales, todo incluido: unos 500€. Hemos regado nuestro mini huerto de la terraza y en nada salgo a editar un cuaderno literario para nuestro amigo Fernando Prior, que nos visitará con Trini mañana, día 20. También acudirá a este encuentro nuestro amigo Miguel López Navarro, al que regalé otro cuaderno literario.


(En el restaurante del Canyar de les Portelles, Mutxamel. Foto del móvil de Miguel López Navarro) 


Gracias a todos y hasta siempre.                           

6 comentarios:

  1. Amigo Pedro me ha gustado mucho esta crónica sencilla de tu "aventura" del viaje a Córdoba para la visita al seminario.
    Muchas gracias por tus cariñosas referencias a mi persona, ya sabes que los mismos sentimientos recíprocos son para Mónica y para ti.
    También se me hizo corta la visita a nuestro centro y con cierta frustración de no poder contemplar las dependencias reformadas. Es lo que hay...aquello ahora está ocupado por otras personas. Volvimos con las pilas cargadas por saludar a tantos compañeros y con el deseo no cumplido de haber podido conversar más contigo, con José A. Naz y con otros amigos.
    Te pido disculpas por no habernos despedido adecuadamente de vosotros. Mi cuñado me metió muchas prisas porque se encontraba algo indispuesto. En fin , algunas sensaciones agridulces no pueden empañar los buenos recuerdos de un gran día de convivencia.
    Abrazos fuertes para Mónica y para ti.

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  2. Es verdad que se malogró nuestro propósito de curiosearlo todo juntos, platicando con alevosa complicidad , mientras me dirías a menudo:
    ¡Hay que ver, Pedro, no te acuerdas de nada!
    La vorágine del acontecimiento y la disposición del destino (organización tumultuaria más bien) apenas nos permitieron saludarnos y poco más.
    ¡Ojalá podamos compartir algún nuevo encuentro más distendido y sabroso! Como el que vivimos ayer con Fernando Prior, su mujer, Trini y Miguel López.
    Me reclama Mónica que es la hora de salir a practicar taichí con los demás compañeros, así que no puedo enrollarme mas y os envío un cariñoso abrazo a Manuela y a ti.

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  3. A mi también me encanta leer tus crónicas. Mis compañeros de colegio también se reúnen cada año y mantienen viva su amistad. Yo fui por primera vez el año pasado, a los 52 años del fin del bachiller. No reconocía a casi nadie y casi nadie me reconocía a mi, como es normal. Seis horas sólo sirven para repasar historias de forma muy superficial pero al final queda un buen recuerdo. Quizá este año también salga de Riaza, mi 'zona de confort' y acuda a la reunión. Espero que estéis muy bien Mónica y tu!

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  4. Todo un placer, querido amigo, tener tu aprobación y alguna noticia de tu vida, por muy anacorética que sea.
    Hace 6 años participamos Mónica y yo en la reunión anual de Lucena. Visitamos la ciudad y compartimos tiempo libre con Manuel y Manuela, que nos habían facilitado hotel, inscripción y estrecha compañía. Lo disfrutamos más, pero los saludos y breves conversaciones con antiguos compañeros dan para poco.
    Como bien dices, salir de la zona de confort siempre vale la pena. Espero que, si vas a la reunión, la puedas disfrutar sin arrepentimiento de ninguna clase.
    Un fuerte abrazo, José Manuel.

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  5. Crónica sencilla y tan detallada que con mi mente puedo veros andar cargados camino del hotel Averroes. Ese paseo fue ya toda una ardua aventura. El paseo desde el llano hasta el seminario realmente precioso con ambiente primaveral que yo en mente he revivido. Veo que regresaste por Albacete. Ese es el camino que yo siempre escojo cuando hemos viajado a Benidorm. Tu crónica me ha encantado por su frescura y naturalidad que son el mejor acompañamiento a la veracidad.
    Acabo de leer tu comentario a mi último poema dedicado a los amigos. Veo que lo publicaste en junio de 2022. Desde entonces no he vuelto a visitar mi blog. ¡Casi un año! Te lo he contestado.
    Un abrazo para Mónica y para ti.

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  6. Gracias, Fernando.
    Tú si que eres detallista y sincero.
    Te deseo la mejor salud posible junto a tu maravillosa Trini, que saca fuerzas de flaqueza para cuidarte.
    Un fuerte abrazo a ambos.

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