domingo, 2 de junio de 2024

 

CUANDO LA MUERTE


 

Cuando la muerte, aciaga o amorosa,

recite inapelable mi pasajero nombre,

-o el estelar que me ofrecieron 

los Registros Akáshicos-,

reclamándome el tránsito pactado

al descarnado mundo de las almas…


lo que quede de mi pasada vida,

como bruma ligera,

disiparán los sucesivos días sin estragos.

 

Este terrestre y parco viaje, 

audaz y alucinado,

alivió sus rigores en familiar o en amical consuelo.

Tuve vislumbres de intangibles mundos...

y aprendizajes de dolor, compromiso

y esfuerzos hacia el Bien compartidos.

 

Transido del amor maternal

de nuestra hermosa madre Tierra

y de sus gentes amables, solidarias,

entonaré mi canción infinita, alegremente,

por los nuevos caminos, más etéreos,

mientras quedan disueltos, aquí y allá,

mis humildes recuerdos.

 

Humanos que seguís el triste sueño

de esperanzas mil veces lastimadas…

guardad, de mí tan sólo, anhelos de Verdad y Justicia…

y rescatad del Mal vuestro espíritu eterno,

liberando de cadenas sionistas y arcontes

a Humanidad y Tierra,

mis queridos hermanos…


por si un día lejano

decido volver a contemplar                    

los ríos trasparentes

y deleitarme con vosotros

del trino de los pájaros.

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